Actualizado 12/09/2015 16:38

Prisiones de El Salvador, donde los guardias no se atreven a entrar

   SAN SALVADOR, 12 (Notimérica)

   El fotógrafo de origen británico Adam Hinton no le tiene miedo a nada. Cuando tan solo tenía 15 años, recibió varias puñaladas por un atacante desconocido. Aunque muchos jóvenes hubieran sucumbido ante el miedo, él no lo hizo y aprovechó el dinero de la indemnización para comprar nuevas lentes a su cámara.

   Teniendo en cuenta todo esto, no es de extrañar que Hinton haya dedicado su vida a viajar por los lugares más inhóspitos y peligrosos del mundo para captar sus impresionantes instantáneas.

   Su afán de llegar más lejos y reflejar mejor la realidad le llevó a visitar durante el pasado 2013 la prisión de Ciudad Barrios, diseñada exclusivamente para los miembros de la Mara Salvatrucha (MS-13), una de las bandas más sanguinarias, crueles y vengativas de toda América Latina.

   Después de pasar una semana en el Distrito Las Victorias de San Salvador, Hinton decidió acudir a un penal conocido en el mundo entero por ser de los pocos en los que los propios guardias no se atreven a entrar.

   Mientras que la armada hace guardia en la puerta, un total de 2.600 internos viven totalmente solos en unas instalaciones que ellos mismos controlan. Con una panadería propia, talleres e incluso un hospital rudimentario operado por los internos, los miembros de la mara viven sin ningún tipo de control en las instalaciones.

   Teniendo en cuenta este panorama, nada parecía indicar que la aventura del fotógrafo en esta prisión fuera a tener un final feliz. Sin embargo, después de tan solo unos minutos junto a los internos ya se había ganado su confianza, cuestión que decidió plasmar en el libro MS-13.

   "Después de poco más de media hora en la prisión, me preguntaron si quería ir con ellos a ver lo que hacían. Parecían muy tranquilos, por lo que acepté", afirmó Hinton en una entrevista reciente para el diario británico 'The Guardian'.

   En ese momento, algunos miembros de la banda comenzaron a fumar marihuana y sacaron un arma. No obstante, nada de esto le resultó intimidante al fotógrafo de 50 años.

   "No voy a ese tipo de situaciones mirando por encima del hombro o lleno de miedo. A veces soy un poco inocente en relación a lo que esta pasando realmente", declaró el británico.

   Además de acogerle de una forma natural, los internos se sentían tan tranquilos que decidieron posar para él en una serie de 20 fotografías.

"FUERON AGRADABLES CONMIGO"

   Después de haber visitado Gaza, Egipto e Indonesia, Hinton encontró que en realidad los miembros de la mara eran "bastante pasivos". A pesar de que su cuerpo está cubierto por completo de tatuajes, para el fotógrafo se trataba solo de personas normales.

   "En vez de pensar en estos lugares como sitios peligrosos llenos de gente mala, yo lo veo como una familia, que quiere lo mismo que nosotros: un trabajo decente y buenas condiciones para sus hijos", continúo Hinton.

   "Están ahí, atrapados, no hay nada que puedan hacer", defendió el fotógrafo que explicó, además, que durante su infancia había tenido que ver "cosas muy duras".

PUBLICIDAD Y CONFLICTO

   En la actualidad, Hinton espacia más su viajes y se dedica en mayor medida al mundo de la publicidad, donde hace campañas para empresas de la talla de Nike.

   Aunque este no es el sueño de su vida, Hinton espera que sus fotografías sean "diferentes" a lo que estamos acostumbrados a ver en televisión y revistas. Mientras tanto, el intrépido fotógrafo, que no ha parado de cosechar premios desde el inicios de su carrera, ya prepara su próximo viaje.