BRASILIA, 21 Ene. (Notimérica) -
La imagen de Brasil en el mundo depende en buena medida de sus ciudadanos influyentes como futbolistas, músicos o modelos, como Gisele Bündchen. Ella es una gran defensora de la naturaleza y de los derechos de los indígenas, un detalle que preocupa al gobierno de Bolsonaro y por lo que la han tachado de "mala brasileña".
La famosa modelo respondió en tono contundente y respetuoso, y con cierta ironía a la ministra de Agricultura del gobierno ultraderechista de su país después de que Tereza Cristina Correa dijera en una entrevista que la brasileña no debería salir en los medios criticando a Brasil sin conocer los hechos.
La ministra añadió que la también embajadora de Buena Voluntad para el medio ambiente de la ONU no debería hablar de la deforestación, porque "reverbera" en el mundo, y que quienes lo hacen son "malos brasileños".
La supermodelo no se quedó callada ante estas declaraciones y le replicó por carta que "los malos brasileños son los que deforestan", después de recordarle que está implicada activamente en la defensa del medio ambiente desde 2006 y que ha visitado en varias ocasiones la Amazonia.
Bündchen lleva apoyando la preservación ambiental y presionando al gobierno brasileño a implementar o cambiar políticas en ese sentido desde hace más de 12 años.
El sector de la industria agropecuaria y los ambientalistas libran una durísima batalla onmipresente en la política de Brasil.