BRASILIA, 3 Jul. (Notimérica) -
Las autoridades brasileñas han denunciado a un grupo de nueve cazadores acusados de diferentes actividades ilegales relacionadas con la caza furtiva, acumulando uno de ellos hasta 1.000 jagures muertos.
A los acusados se les implica en delitos como matar animales de la región, asociación criminal armada y custodia de material originado de la actividad furtiva, de acuerdo con un comunicado del Ministerio Público Federal (MPF) del país.
Las cacerías eran organizadas en la zona de campo Acre, de forma regular y acabando en durante estas reuniones con la vida de jaguares, capibaras, pecaríes y ciervos, entre otros animales.
Los miembros acusados podrían enfrentar penas de cárcel y multas monetarias, en función de su participación y delitos cometidos.
De acuerdo con las investigaciones del grupo, en los últimos tres meses se han registrado 11 cacerías en las que habrían matado a un total de ocho jaguares, 13 carpinchos, 10 pecaríes y dos ciervos.
El socio más antiguo y también el más activo, el dentista Temístocles Barbosa Freire, comenzó con la caza ilegal en 1987, según informa el comunicado. Desde entonces, se estima que el acusado podría haber matado a más de 1.000 presas.