Actualizado 23/03/2019 09:05

Habanos explosivos y los más de 600 intentos de la CIA de asesinar a Fidel Castro

Habanos explosivos y los más de 600 intentos de la CIA de asesinar a Fidel Castr
Habanos explosivos y los más de 600 intentos de la CIA de asesinar a Fidel Castr - WIKIPEDIA

   LA HABANA, 23 Mar. (Notimérica) -

   Batidos de chocolate envenenados, sal de talio en los zapatos para que el marxista perdiera su barba y habanos explosivos. Según el informe publicado por la Agencia Central de Inteligencia cubana en 2007 y el ex jefe del Departamento de Seguridad del Estado, Fabián Escalante, desde John F. Kennedy hasta Bill Clinton, muchos han sido los presidentes estadounidenses que han intentado deshacerse, sin éxito, de Fidel Castro.

    "Castro ha sido el líder político más perseguido de la historia contemporánea y probablemente de la universal", explica Escalante en su libro 'Acción ejecutiva: 634 maneras de matar a Fidel Castro', hechos que han sido confirmados por la propia presidencia estadounidense.

   El Comité Church, conocido formalmente como Comité Selecto del Senado de los Estados Unidos para el Estudio de las Operaciones Gubernamentales Respecto a las Actividades de Inteligencia, ya reveló en 1961 un informe sobre los intentos de asesinatos a diferentes personalidades públicas. Entre ellos, el de Fidel Castro, sobre el cual hay documentación de la relación del ejecutivo con la Mafia a través de la Operación 40 y la Operación Zarrifle. Sin embargo, los intentos fallaron por ser Fidel "demasiado escurridizo y estar protegido por fuertes medidas de seguridad".

   En concreto, el líder de la revolución sufrió la tentativa de 634 atentados con el objetivo de acabar con su vida. De ellos, solamente se produjeron 167 aunque todos fracasaron gracias a la eficacia de los servicios de inteligencia cubanos.

COHIBA EXPLOSIVOS

   Una de las estrategias más conocidas para acabar con el enemigo estadounidense más mediático fue introducir explosivos en un Cohiba, los habanos favoritos de Fidel. Frente al fracasado intento, sus asesinos abogaron por inyectar una toxina botulínica a otro de los puros, esta vez envenenado, lo que le habría causado una muerte inmediata.

   Sin embargo, la cosa no se quedó ahí y Estados Unidos pretendió por activa y por pasiva deshacerse del antiimperialista incluso con un batido de chocolate cuando, en 1963 en el Hotel Habana Libre, la cápsula de botulina (una neurotoxina conocida por ser el veneno más poderoso que existe) entregada por la CIA a un camarero del restaurante del establecimiento se congeló por error y el tóxico se derramó fuera de la copa de chocolate.

   "Fue el momento más cercano que la CIA estuvo de asesinar a Fidel. Para mí ese ha sido el complot más importante", afirma Escalante. Ese mismo año, la CIA envió como regalo un traje de buzo impregnado de bacilo de la tuberculosis con el objetivo de causarle una infección en la piel. El plan involucró al abogado James B. Donovan, quien negociaba con el líder revolucionario la liberación de los prisioneros estadounidenses capturados durante el desembarco en Bahía de los Cochinos.   

   Otros de los muchos intentos de acabar con Fidel fueron hacer explotar un coral de arrecife donde el líder practicaba pesca submarina, una emboscada con un avión teledirigido e incluso la traición de su amante Marita Lorenz a quién el servicio de inteligencia estadounidense convenció para asesinar al que fuera un día su amor.

   Fracaso tras fracaso, al final la CIA optó por ridiculizar a Fidel para descreditarle y que perdiera adeptos. Por eso, en 1975 y con las teorías en el aire de que el atractivo de Fidel residía en su barba, intentaron debilitar su imagen aplicando sal de talio, un producto químico, en sus zapatos y que cuando su piel lo absorbiera le provocara la pérdida de bello facial.

   Por último, la CIA estuvo apunto de gasear con LSD una cabina de radio donde iba a intervenir en directo. La idea era drogarlo para que pareciese que había perdido la cabeza durante la entrevista en vivo en una emisora estadounidense.