Actualizado 15/06/2015 16:02

Qué hacer cuando la violencia tiene 'likes' y 'fans'

Cuando la violencia tiene 'fans' twitter
Foto: COLPRENSA

   MEDELLÍN, 15 Jun. (Colprensa/Notimérica) -

    "La gente no quiere entregarlos, encienda la candela y en un poste vamos a quemarlos", así dice la canción de champeta 'En la juega', de Elvisyownes. Habla del ajusticiamiento a manos de las comunidades y, de hecho, muestra en su video a ladrones siendo azotados por turbas enardecidas. En dos semanas alcanzó 24 mil reproducciones en YouTube y ha sido compartido más de un millón de veces.

   Las imágenes son reales, lamentablemente. Y aunque el ajusticiamiento colectivo es una práctica que se evidenció incluso en la Antigua Grecia; ahora es compartido a través de las redes sociales y la televisión, espacios que generan movimientos de opinión ciudadana masiva, ya sea a favor o en contra.

IMPUNIDAD QUE EMPODERA

   El número de visitas que tienen estos contenidos así como la cantidad de personas que los comparten en redes sociales, lo discuten y le dan 'me gusta', convierten estos videos en evidencias de un fenómeno: hechos violentos que lejos de ser repudiado son entendidos como "correctivos" o "castigos" merecidos para ladrones o violadores.

   ¿Por qué grabar y difundir estos casos? Armando Borrero, analista militar y exconsejero presidencial en seguridad y defensa, dice que "las golpizas hacen salir ese deseo oculto de tomar venganza de algo. Ese morbo escondido se difunde en redes sociales porque, al final, todos sentimos cuentas por cobrar, bien sea porque fuimos víctimas, algún familiar lo fue o simplemente sentimos que la justicia no llega".

   La comunidad en Facebook 'A lo bien', es un ejemplo que desnuda esta realidad. Con 292.533 miembros logra discusiones de casos de linchamientos y la mayoría de los usuarios aplauden el "castigo" colectivo.

   "Estoy de acuerdo con el linchamiento a los ladrones. Además, deberían dejarles una marca en la cara para reconocerlos", es un comentario posteado por la usuaria Alexandra Leiton. En esa misma línea, Yiyo Rodríguez, escribió: "El linchamiento no es suficiente, dónde dejan la gasolina y los fósforos".

   Con 81.131 miembros, 'Denuncias Ciudadanas Medellín' es otra ventana de interacción en Facebook desde la cual se recogen opiniones similares. "Ya la policía defiende a los ladrones de que los filmen si son atrapados. Hasta dónde se ha llegado protegiendo a estos hampones", dice un comentario anónimo en un video que llegó a las 17.000 reproducciones en un día.

   El instinto revanchista en este tipo casos, es "comprensible" aunque no "justificable". Así lo expuso Borrero, quien también es especialista en derecho constitucional, y pese a que coincidió en que los medios de comunicación y las redes sociales tienen su cuota de responsabilidad para influenciar a las masas, trasladó la discusión al origen del problema: la falta de un Estado que garantice la integración social y un eficiente sistema judicial.

   "Cuando falla la policía y la justicia, se tienden a perder las normas y los límites, por eso, la gente desesperada empieza a caer en esta cosa anarquizante que es la justicia por propias manos", dijo el analista.

   Para el también sociólogo de la Universidad Nacional, son los medios el eslabón final dentro de esta cadena de responsabilidades sociales, que comienza con el Estado. "Colombia es excesivamente garantista, por cualquier equivocación de un policía en la captura, los oficiales pueden decidir que no fue legal o los jueces de garantía dicen que no se hizo de acuerdo a las normas y se deja al delincuente suelto. Esto es grave porque podríamos caer en la vigilancia del oeste norteamericano, la 'ley de lincho'. Si el Estado no hace algo, esto puede convertirse en una avalancha", vaticinó Borrero.

   ¿Denuncia social o masificación de la apología del delito? Con esta pregunta se abre el debate sobre el rol que juegan los medios a la hora de hacer eco a este tipo de fenómeno social. Al respecto, Javier Darío Restrepo, experto en ética periodística y catedrático de la universidad de los Andes, advirtió sobre la responsabilidad con la que se deben presentar a la audiencia estos contenidos.

   "Este fenómeno social tiene que ser registrado por los medios. Pero todo depende del modo. Si la actitud es de servicio social resultará un tratamiento (noticioso) exento de sensacionalismo, con el pensamiento puesto en la búsqueda de soluciones", explicó.

   Una cobertura contraria a la planteada, convierte "esa información en una apología del delito, en un estímulo para que se siga tomando la justicia por la propia mano, o para una pasividad cómplice", advirtió el experto. Para evitarlo, insistió en el enfoque pedagógico: "la información debe presentarse con personas competentes que expliquen el tema. Así los espectadores entenderán que deben hacer parte de la solución".

DIFERENCIA ALARMANTE

   José Gerardo Acevedo, comandante de la Policía Metropolitana de Medellín, precisó que en lo que va del año, solo han recibido cinco denuncias de "turbas contra ladrones callejeros" en la ciudad, una cifra que contrasta fuertemente con los 600 casos que se han presentado en Bogotá, según la Policía de la capital.

   Acevedo admitió que el sistema judicial en Colombia tiene fallas "no es nuestra culpa que un juez, a los pocos días, deje suelto un ladrón capturado", dijo.

   Sin embargo, como el periodista Javier Darío Restrepo afirmó, hay una delgada línea entre estimular a las masas y legitimar conductas violentas.

   El comandante de la Policía Metropolitana advirtió que el poder no solo está en manos de los medios: "Cuando la ciudadanía se ubica al margen de la ley, solo da cabida a otra forma de violencia, pero la mejor manera de empoderarse es siendo los primeros demandantes del orden y el respeto por la normatividad".