WASHINGTON, 18 Nov. (Reuters/EP) -
La epidemia del cólera que se ha cobrado en Haití la vida de al menos 1.110 personas llegó al país caribeño a través de una sola persona portadora, según informaron este jueves miembros del Centro para el Control y la Prevención de la Salud Panamericana (CDC) de Estados Unidos.
La situación de la enfermedad, que se conoce desde hace 49 años, podría fácilmente empeorar pese a los esfuerzos para su control, según señaló el CDC estadounidense.
Para intentar frenar el implacable avance de la enfermedad bacteriana, la Comisión Europea ha pedido este jueves a los Estados miembros que envíen más médicos y depuradoras a Haití para combatir la epidemia de cólera, que ha provocado ya más de un millar de muertos.
"Considerando la gravedad y el rápido deterioro de la situación, se necesitan urgentemente más contribuciones para cubrir carencias en sanidad, depuración del agua, higiene y logística", ha dicho la comisaria responsable de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, en rueda de prensa.
La UE ha movilizado hasta ahora 12 millones de euros de ayuda humanitaria para frenar la epidemia de cólera de Haití. Entre los Estados miembros, España y Francia son los que están realizando más contribuciones, según los datos de Bruselas.
DISTURBIOS
Muchos haitianos culpan a los cascos azules de Naciones Unidas de llevar el brote de cólera a la isla en la que 1,5 millones de personas siguen desplazadas tras un el terremoto de enero. Los disturbios contra la ONU han impedido que las tropas centren todos sus esfuerzos en combatir la enfermedad.
Este miércoles, murió una persona y otras cuatro resultaron heridas por los enfrentamientos entre la población y los efectivos de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) en la ciudad de Cabo Haitiano (centro), con lo que ascenderían a tres las víctimas mortales por estas revueltas.
Al parecer, un grupo de vecinos de la colonia de Ciudad Chauvel atacó con piedras y botellas rotas un vehículo blindado de los cascos azules, que abrieron fuego para defenderse, acabando con la vida de uno de los manifestantes e hiriendo a otros cuatro, según informó Radio Metropole.
Tras este incidente, la población inició una marcha que derivó en la toma de la sede de la MINUSTAH en la ciudad, aunque finalmente las fuerzas locales lograron reprimir la protesta y devolver el control del edificio a los militares de Naciones Unidas.