Actualizado 24/04/2017 17:28

La historia que conmociona a Uruguay: un niño de diez años asesinado por su entrenador

Felipe Romero y su entrenador, Fernando Sierra
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   MONTEVIDEO, 24 Abr. (Notimérica) -

   Secuestrado, abusado sexualmente y asesinado con un tiro en la cabeza. Así es el trágico desenlace de Felipe Romero, el niño de diez años cuya muerte conmociona a Uruguay desde el pasado sábado.

   El pequeño tenía una relación muy estrecha con su entrenador de fútbol, Fernando Sierra, al que incluso le llamaba papá. Al parecer una psicóloga que estaba tratando al pequeño Felipe detectó un comportamiento raro en éste y recomendó a su madre, Alexandra Pérez, alejar a su hijo de Sierra.

   El pasado miércoles fueron varios testigos los que vieron como Pérez hablaba con Sierra en el campo de fútbol donde entrenaba el pequeño. Ésta le dijo que no podía estar más a solas con su hijo a lo que Sierra le respondió que "si no puedo ver más a Felipe me mato", según ha declarado Pérez al periódico 'El País de Uruguay'.

Alexandra Pérez rodeada en el entierro de su hijo

   Este jueves pasado, Sierra acudió al colegio donde se encontraba el pequeño y sin permiso de la madre se lo llevó. Dos días después la policía los encontró, a ambos muertos con un tiro en la cabeza, a 150 kilómetros de Montevideo.

Coche fúnebre del pequeño Felipe

ABUSOS SEXUALES

   Según los análisis realizados al menor, éste habría sufrido abusos sexuales en las últimas 24 horas previas a su asesinato. Felipe Romero era hijo del conocido exfutbolista local Luis Romero, quién según Pérez era un padre ausente, según informó 'La Sexta'.

   Personas cercanas al entrenador han afirmado sentirse sorprendidas ya que éste aparentaba ser una persona tranquila, correcta, educada y con muy buen manejo de los niños.

   Desde el momento de la desaparición del pequeño y su entrenador, se iniciaron campañas a través de las redes sociales y amigos de la familia se ofrecieron voluntarios en la búsqueda del menor. Tras el trágico desenlace el país entero se encuentra conmocionado.

Foto de la campaña de Facebook para encontrar al p