Publicado 07/02/2016 11:59

¿Por qué Honduras ya no es el país más violento del mundo?

PMOP members search men during a patrol at the impoverished Flor del Campo neigh
JORGE CABRERA / REUTERS

   MADRID, 7 Feb. (Notimérica) -

   El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, anunció el pasado lunes 25 de enero que el país centroamericano había dejado de ser el más violento del mundo en 2015 gracias a su estrategia militar contra el crimen.

   Las cifras preliminares del Ministerio de Seguridad de Honduras reflejan que el año pasado la tasa de homicidios descendió a 56'7 asesinatos por cada 100.000 habitantes desde los 67'5 crímenes que se produjeron en 2014. Además, Hernández afirmó en su discurso ante el Congreso que desde que asumió la presidencia del país, el tráfico de drogas en el territorio hondureño se redujo en un 70 por ciento, según informa Reuters.

   En las ciudades también se ha disminuido la violencia en las calles. Durante cuatro años, la ciudad hondureña de San Pedro Sula se ha considerado la localidad más violenta del mundo. Sin embargo, según el ranking anual de la organización mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, en 2015 esta ciudad fue desplazada por Caracas, con 3.946 homicidios.

   El Gobierno de Honduras considera que este positivo cambio se debe a la creación de la FUSINA (Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional), que cuenta con integrantes de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, el Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia y agentes migratorios y de inteligencia que tratan de garantizar la seguridad de la población.

   Esta organización "ha hecho posible la captura de cabecillas de carteles del narcotráfico que luego fueron extraditados a Estados Unidos y la desarticulación de más de 170 bandas delictivas", reconoció el portavoz de la Secretaría de Seguridad de Honduras, Leonel Sauceda, en una entrevista con 'BBC Mundo'.

   Además, Hernández, cuando llegó al gobierno, tomó la medida de militarizar a las fuerzas de seguridad y desplegó en las calles a la Policía Militar de Orden Público y delegó en los militares las tareas de inteligencia policial y las operaciones antidrogas.

   No obstante, este aumento de la presencia militar en la calles, a cargo de tareas que antes no realizaban, ha generado distintas opiniones en la sociedad, que ha denunciado abusos y violaciones a los Derechos Humanos por parte de los militares.

   "El problema de los militares en las calles es que no están lo suficientemente preparados. Son más para la disuasión que para la prevención de la violencia", señaló Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de Violencia de Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

   Ante esto, Sauceda explicó que "cuando la Policía Nacional se vaya fortaleciendo, se irá haciendo un proceso de transición, con menor número de personal de las Fuerzas Armadas en las tareas de prevención".

   El presidente hondureño remarcó en su discurso que los habitantes del país se sienten más seguros. "Ahora la gente sale de su casa, hay personas que salen a correr en las madrugadas, gente que va caminando o haciendo ciclismo los fines de semana", indicó.

   Sin embargo, en Honduras todavía mueren asesinadas 60 personas por cada 100.000 habitantes y aún quedan temas pendientes por abordar para frenar radicalmente la violencia, como la exclusión social, la pobreza o la corrupción.