Actualizado 29/06/2006 19:15

Iberoamérica.- CIOSL, preocupada por "efectos devastadores" de negociaciones de la OMC sobre el empleo en países del Sur

"El comercio es en realidad una forma de salir de la pobreza, y no sólo la manera en que los países ricos buscan mantener el statu quo"


MADRID, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), mostró hoy su preocupación por la forma en que repercutirán las decisiones que tomará estos días la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Ginebra y los posibles "efectos devastadores" que podrían tener sobre el empleo en los países en desarrollo.

CIOLS ha realizado en este sentido un estudio a través de unas simulaciones sobre la situación que se registraría en diversos sectores con mano de obra intensiva en caso de aplicarse las actuales propuestas presentadas por la UE y Estados Unidos sobre el Acceso a los Mercados para los Productos no Agrícolas que estos días se debate en la ciudad suiza, según recuerda CIOLS en un comunicado.

En la última Conferencia Ministerial de la OMC celebrada en Hong Kong el pasado mes de diciembre, se acordó que las negociaciones del Acceso a los Mercados no Agrícolas (AMNA) procedan en base a una fórmula suiza aplicando una serie de coeficientes, que supondrían una reducción mucho mayor de los aranceles más altos con relación a los más bajos, y por tanto afectaría de manera más grave a los países en desarrollo. De momento, se están manteniendo discusiones respecto al valor del coeficiente que se aplicará para los países en desarrollo y los desarrollados.

Los comentarios realizados ayer en Ginebra por el director general de la OMC, Pascal Lamy, de que un coeficiente de 20 resultaría aceptable para los involucrados en las negociaciones del AMNA fueron acogidos con alarma por los sindicalistas en todo el mundo, "teniendo en cuenta el considerable número de puestos de trabajo que indudablemente se perderían a consecuencia de un recorte tan drástico", dicen.

Estados Unidos y la UE proponen un coeficiente inferior de 15 ó menos para los países en desarrollo, lo que de hecho implicaría que algunos de los sectores que emplean un mayor número de personas, por ser de mano de obra intensiva, "se enfrentarían a la perspectiva de recortes arancelarios de hasta un 75%".

En palabras del secretario general de la CIOSL, Guy Ryder, "frente al reto de la pobreza y la desigualdad ya existentes, esta propuesta no aportará a los países en desarrollo ni la flexibilidad ni la justicia que se prometía al inicio de las conversaciones".

"Es como si la debacle tras el final del acuerdo sobre textiles nunca hubiera tenido lugar: la OMC está empeñada en reducir los aranceles en textil y vestuario pese a contar con pruebas fehacientes de la manera en que esos drásticos recortes afectarán al empleo y por consiguiente a los medios de subsistencia de millones de personas", explicó.

"Ahora lo que quieren es aplicar la misma estrategia destructora a otros sectores manufactureros, lo que equivale a desindustrializar aquellos países que más necesitan empleos decentes", agregó. El final del Acuerdo sobre Textiles y Vestido (TVC) supuso la eliminación total de los cupos en este sector desde enero de 2005.

ADVERTENCIAS DE LOS SINDICATOS

"Antes del final de los cupos en virtud del ATV, advertimos a la OMC sobre lo que ocurriría, y ha quedado demostrado que teníamos razón", señaló Ryder.

Ahora, antes de iniciar la fase final de la ronda sobre este tema "queremos advertir una vez más a la OMC y a sus principales actores, para que piensen antes de infligir recortes tan drásticos al empleo y convenzan a los ciudadanos de que el comercio es en realidad una forma de salir de la pobreza, y no simplemente la manera en que los países ricos buscan mantener el statu quo", concluyó.

El sector de textil y vestuario será una vez más el principal afectado, pero otros sectores como los productos de caucho y plástico, los muebles y la industria del automóvil "también saldrían mal parados en base a las actuales propuestas", alerta la CIOSL.

A juicio de Ryder, estos sectores representan una elevada proporción de empleo formal en los países en desarrollo y los recortes "conducirían inevitablemente a una pérdida masiva de puestos de trabajo".

Por ejemplo, Argentina "deberá reducir sus aranceles de textiles y piezas de automóviles en un 50 y 62% respectivamente, e Indonesia tendrá que reducir los aranceles sobre vehículos motorizados en un 61%", explica. De la misma forma, Marruecos "debería reducir los aranceles en un 78% en los sectores de textil y confección, que emplean poco menos de la mitad de los trabajadores que cuentan con un empleo formal en ese país".