Actualizado 06/10/2011 15:58

Iberoamérica.- Los índices de homicidios en Centroamérica y el Caribe están "cerca de un punto de crisis", según la ONU

La mitad de las mujeres víctimas de homicidios en Europa en 2008 fueron asesinadas por un miembro de su familia


MADRID, 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los índices de homicidios en Centroamérica y el Caribe están "cerca de un punto de crisis", según un informe publicado este jueves por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), que indica que casi tres cuartas partes de los homicidios esas regiones en 2010 se cometen con armas de fuego, frente al 21 por ciento de los registrados en Europa.

Según el 'Estudio Global sobre el Homicidio', los hombres jóvenes, en particular en Centroamérica, Sudamérica, el Caribe y el sur y centro de África, corren mayor riesgo de ser víctimas de un homicidio intencional, pero las mujeres sufren mayor riesgo de muerte por violencia doméstica.

A nivel internacional, los hombres se enfrentan a un riesgo mucho mayor de muerte violenta (11,9 de cada 100.000) que las mujeres (2,6 de cada 100.000), aunque hay variaciones por países y regiones. En países con altas tasas de homicidio, sobre todo con armas de fuego, como en Centroamérica, uno de cada 50 hombres mayores de 20 años morirá antes de cumplir 31 años, una proporción varios cientos de veces mayor que en algunas partes de Asia.

La competencia entre las distintas bandas de narcotraficantes ha contribuido a aumentar los índices de homicidios en la mayoría de los países centroamericanos durante los últimos cinco años. En esta región, estas tasas han aumentado drásticamente desde 2007 pese a la reducción progresiva experimentada entre 1995 y 2005.

"Para hacer valer su autoridad, marcar su territorio o desafiar a las autoridades, los grupos criminales organizados realizan actos de violencia letal indiscriminadamente", explica el informe. El crimen organizado, especialmente el tráfico de drogas, es responsable de una cuarta parte de las muertes causadas por armas de fuego en el continente americano, pero de sólo alrededor del 5 por ciento de los homicidios en Asia y Europa.

ARMAS DE FUEGO

De los 468.000 homicidios que se cometieron en 2010, cerca del 36 por ciento se registraron en África, el 31 por ciento en América, el 27 por ciento en Asia, el 5 por ciento en Europa y el 1 por ciento en Oceanía.

El 42 por ciento de esos 468.000 homicidios se cometieron con armas de fuego (un 74 por ciento en América y un 21 por ciento en Europa). La UNODC ha advertido de que los delitos a mano armada están incrementando los crímenes violentos en Centroamérica y el Caribe.

Para el director ejecutivo de la UNODC, Yuri Fedotov, "es crucial que las medidas para la prevención del delito incluyan políticas conducentes a la ratificación y aplicación del Protocolo de Armas de Fuego" puesto que "pueden ayudar a evitar la proliferación de armas, que alimenta la violencia y los homicidios".

Actualmente, 89 estados han firmado el Protocolo, que complementa la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.

DIFERENCIAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES

Por otro lado, la UNODC ha comprobado que el crimen y la violencia están muy relacionados con la existencia de una población juvenil numerosa, especialmente en los países en desarrollo. Mientras que 6,9 de cada 100.000 personas son asesinadas cada año en todo el mundo, la tasa de hombres jóvenes víctimas es tres veces mayor (21,1 por cada 100.000).

En este sentido, el estudio indica que los hombres jóvenes tienen más probabilidades de poseer armas y participar en crímenes callejeros, participar en guerras de pandillas y cometer delitos relacionados con drogas. Además, en las ciudades se cometen tres veces más homicidios que en las zonas menos pobladas.

A nivel mundial, el 80 por ciento de las víctimas y autores de homicidios son hombres. Pero mientras que los hombres tienen más probabilidades de morir en un lugar público, las mujeres son asesinadas principalmente en el hogar, al igual que en Europa, donde la mitad de las mujeres víctimas de violencia letal en 2008 fueron asesinadas por un miembro de su familia.

La inmensa mayoría de las víctimas de violencia ejercida por parte de la pareja o la familia son mujeres. En Europa, por ejemplo, en 2008 las mujeres representaban casi el 80 por ciento de todas las personas asesinadas por su pareja actual o anterior.

En Italia, los homicidios cometidos por la pareja o un familiar de la víctima superan en número a los cometidos por grupos mafiosos, mientras que en Asia las disputas relacionadas con la dote se cobran la vida de miles de mujeres cada año.

MÁS DELITOS VIOLENTOS DONDE HAY DESIGUALDAD

El informe establece un vínculo claro entre el crimen y el desarrollo, ya que quienes viven en países con grandes desigualdades de ingresos tienen cuatro veces más probabilidades de sufrir delitos violentos que quienes viven en las sociedades más equitativas. Por el contrario, el crecimiento económico contribuye a evitar los crímenes violentos, como se ha comprobado en los últimos quince años en Sudamérica.

Además, "la delincuencia crónica es al mismo tiempo causa y consecuencia de la pobreza, la inseguridad y el subdesarrollo", según la UNODC, porque "disminuye las posibilidades de negocios, erosiona el capital humano y desestabiliza la sociedad".

Fedotov ha afirmado que "para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, hay que combinar las políticas de prevención del delito con el desarrollo económico y social y la gobernabilidad democrática, basada en el imperio de la ley".

Los autores del estudio han comprobado que el empeoramiento repentino de la situación económica puede elevar las tasas de homicidio. Así, en algunos países hubo más homicidios durante la crisis financiera de 2008 y 2009, coincidiendo con una disminución del PIB, un mayor IPC y un mayor desempleo.

La UNODC recuerda en su informe que los datos de homicidios intencionales los proporcionan los sistemas de justicia penal o de salud pública y que no todos los países tienen la misma capacidad de compilar estadísticas coherentes y fiables sobre la delincuencia, sobre la que los organismos internacionales tienen, por lo tanto, una visión parcial.