Actualizado 24/03/2006 16:05

Iberoamérica.- La lucha contra las celulosas en la región "debe ser coordinada y simultánea", según un sindicalista

"Los Gobiernos uruguayo y argentino son víctimas de la imposición de políticas unilaterales por parte de las empresas multinacionales"


MADRID, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

La lucha contra la instalación de fábricas de celulosa en Latinoamérica "debe ser coordinada y simultánea en todos los países periféricos" a Uruguay y Argentina, según indicó el miembro del Sindicato argentino de Obras Sanitarias de Córdoba y de la Comisión Popular por la recuperación del Agua, Luis Bazán, en una entrevista publicada por la agencia de noticias de América Latina y Caribe 'Adital'.

En este sentido, Bazán defendió que los países más desarrollados "están pretendiendo traer hacia los países pobres todo lo que es contaminante, lo que genera consecuencias delictivas de destrucción de los recursos naturales y de perjuicio a la salud pública" y es necesaria "una lucha coordinada y simultánea, con ejes y objetivos comunes, de todas las organizaciones populares de América Latina".

A su juicio, fue precisamente el movimiento de los diferentes grupos ecologistas en Argentina lo que actuó de "factor disparador" y de alerta sobre los proyectos de instalación de las dos fábricas de celulosa de papel finlandesa y española que están previstas en las inmediaciones del Río Uruguay, en el municipio de Fray Bentos (departamento uruguayo de Rio Negro, fronterizo con Argentina).

En este sentido, indicó que en el conflicto generado entre los dos países "los Gobiernos terminaron siendo víctimas de la imposición de políticas unilaterales de las empresas multinacionales", poniendo en peligro "la buena relación histórica entre los dos países". En su opinión, "se debe reorientar el problema, para compatibilizar los intereses de los dos pueblos y preservar los recursos naturales, que es un objetivo común".

A su entender, los Gobiernos de ambos países "deben imponer sus criterios ante las grandes compañías", ya que no existe armonía entre los intereses de las multinacionales, que traen "consecuencias gravísimas, como las relacionadas con la preservación de los recursos naturales de los pueblos".

Según recordó, la explotación de la celulosa en América Latina "es un problema histórico", puesto que hace más de veinte años las compañías multinacionales podían actuar "impunemente en sus países de origen", pero con la publicación de leyes más restrictivas en sus países "las compañías desarrollaron una estrategia de instalación en los llamados países periféricos", donde desde hace más de 15 años poseen cientos de miles de hectáreas de terreno.