Actualizado 17/08/2006 20:46

Iberoamérica.- Trabajo precario y desempleo en Latinoamérica abocan a los jóvenes a 'economía informal', según ORIT

Este colectivo "está desinformado" y no tiene mucha conciencia sindical, por lo que sufre abusos y 'deambula' de un empleo a otro


MADRID, 17 Ago. (EUROPA PRESS) -

Las perspectivas de empleo de los jóvenes de los 29 países comprendidos en la Organización Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) de la Confederación Internacinal de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) son "realmente malas", especialmente en América Central y Latina, lo que hace que cada vez más jóvenes terminen desempeñando su labor en la 'economía informal'.

La asistente técnica del Programa de Juventud de la ORIT-CIOSL, con sede en Costa Rica, Gabrielle Bonilla, explica en una reciente entrevista recogida en el Boletín de la CIOLS que esta situación se traduce en "un desempleo multitudinario" de jóvenes. "Los empleos son precarios e inestables y no garantizan perspectiva alguna", explica.

En la mayoría de los casos, los jóvenes no tienen ninguna seguridad social, y la mayoría acaba incorporándose a la 'economía informal'. Además, Costa Rica, al igual que otros países de América Latina, firmó Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos. Algunas de las empresas implicadas en esos Tratados exigen a su personal "total disponibilidad y flexibilidad". A su juicio, esos acuerdos constituyen "una puerta abierta al trabajo precario".

Asimismo, para estos jóvenes, "hay muy pocas posibilidades de ascender dentro del mismo lugar de trabajo". Por ejemplo, en las zonas francas de exportación, "casi no hay ninguna manera de avanzar socialmente o de conseguir mejores condiciones salariales". En las fábricas de las multinacionales de las zonas francas, los jóvenes "deambulan de un empleo a otro, la mayoría de los cuales no requieren experiencia previa".

POCA CONCIENCIA SINDICAL

"Cuando un joven no tiene un trabajo fijo, a los sindicatos les resulta difícil ponerse en contacto con él, y por tanto no cuenta entonces con respaldo sindical ni recibe información sobre su condición legal", continúa Bonilla. Además, "no sabe ni siquiera por qué le convendría estar afiliado a un sindicato". En general, los jóvenes "no están bien informados" y tienen "poca" conciencia sindical, aunque esto último puede variar mucho de un sector a otro.

En las zonas francas de exportación, los jóvenes están interesados en los servicios que pueden brindarles los sindicatos y debido a ello los índices de afiliación son más elevados, pero en general, en Sudamérica, "hay un bajo índice de sindicalización y de participación de los jóvenes".

El objetivo de la ORIT es instaurar una política "transfronteriza". "No consideramos a los jóvenes como números y no hablamos de ellos en términos de cupos", señala Bonilla. La idea es que sus acciones y sus actividades atraviesen las fronteras, principalmente en los ámbitos de los Derechos Humanos y la integración.

Para ello, cree necesario que a nivel nacional, el movimiento sindical y la juventud establezca alianzas con otros movimientos de la sociedad civil y ONG. "Es necesario unificar las respuestas y desarrollar una estrategia en torno a una alianza entre los integrantes de la sociedad civil con el fin de dar mayor repercusión a este compromiso", agrega Bonilla.

Otra estrategia sería, en su opinión, facilitar a los jóvenes el acceso a cursos de formación profesional, para lo que sería importante que en el Gobierno pusiera en marcha "una verdadera política de empleo y una voluntad firme de apostar por la formación profesional". "Pero no es así", explica Bonilla. "Si no se crean puestos de trabajo en el país, de nada sirve disponer de cursos de formación profesional", concluye.