Actualizado 27/01/2017 09:35

El incendio de la discoteca Kiss, la mayor tragedia de Brasil en los últimos 50 años

Discoteca Kiss
Discoteca Kiss - GOOGLE

   SANTA MARÍA (BRASIL), 27 Ene. (Notimérica) -

   Se cumplen cuatro años de una de las catástrofes indendiarias más trágicas que se conocen hasta el momento en Brasil. A las 2.30h de la madrugada del día 27 de enero de 2013, el fuego se propagó en el interior de la discoteca Kiss, que celebraba una fiesta organizada por estudiantes universitarios y en la que participaban varias bandas musicales con espectáculos pirotécnicos.

   La tragedia, que recuerda a otras de similares características, como la ocurrida en el establecimiento bonaerense República de Cromañón en el año 2004 o en la madrileña discoteca Alcalá 20 en 1983, dejó un total de 239 víctimas mortales y más de 120 heridos, de los cuales actualmente muchos sufren, además de secuelas psicológicas, enfermedades de tipo respiratorio como consecuencia de la inhalación de gases dentro del local.

   Estudiantes de varias universidades del estado de Rio Grande do Sul habían conseguido la participación de dos bandas musicales para la fiesta a la que habían llamado 'Agromenas', que se celebraría a partir de las 23h de la noche del 26 de enero en la discoteca Kiss de la ciudad de Santa María, en el nombrado estado brasileño.

FUEGOS ARTIFICIALES

   Más de un millar de asistentes, de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, asistían al concierto del grupo 'Gurizada Fandangueira' cuando uno de sus integrantes encendió una bengala desde el escenario tratando de simular una 'lluvia de plata'. Las chispas que el artefacto pirotécnico originó alcanzaron el techo del local, que previamente había sido reforzado con espuma aislante por denuncias vecinales debido al ruido.

   El contacto de los fuegos artificiales con el refuerzo acústico provocó las llamas en la cubierta del local y una intensa nube de humo negro, que se extendió por todo el recinto, tal y como afirmaron algunos testigos, en menos de 15 segundos. El caos y la oscuridad se difundieron a lo largo de toda la discoteca, y los asistentes comenzaron a buscar la salida hacia la calle, la cual habían sido cerrada por los porteros al creer que el desorden se debía a una pelea.

   Además, debido a la poca visibilidad, muchos de los jóvenes creyeron que las luces verdes que marcaban las entradas a los baños del club eran en realidad salidas de emergencia, que no existían. Así, el incendio provocado en la discoteca Kiss dejó un total de 239 personas muertas y 124 heridos.

   A pesar de que una de las asistentes dio la alarma con un mensaje publicado en su página personal de Facebook, y varios testigos aseguraron que se había tratado de apagar el fuego con los extintores del local, las llamas cubrieron el lugar en menos de 3 minutos. La brigada de bomberos de la localidad consiguió controlar el incendio en torno a las 5h de la mañana del día 27 de enero, pero las labores se prolongaron varias horas más.

   La envergadura del suceso y el elevado número de víctimas obligó a que tuviera que ser habilitado el Centro Deportivo Municipal de la ciudad para la las labores de reconocimiento de cadáveres, puesto que la morgue de Santa María solo tenía capacidad para 10 personas. Varios camiones refrigeradores trasladaron los cuerpos hasta el lugar, donde profesionales y voluntarios ayudaron y apoyaron a las familias de las víctimas.

INVESTIGACIÓN

   Las investigaciones posteriores a los hechos establecieron que el local había obviado la caducidad del permiso de funcionamiento emitido por el Departamento de Bomberos, y que el aforo de aquella noche sobrepasaba los límites. El club presentaba una única puerta de entrada y salida, siendo inexistentes las salidas de emergencia, y carecía de permiso para el uso de artefactos piroténicos en sus instalaciones.

   Durante el proceso aclaratorio de los hechos, la cámara de vigilancia de la que gozaba el local desapareció, por lo que posteriormente las autoridades decidieron tratar el delito como homicidio con posible engaño. Por otro lado, fotos del interior de la discoteca que fueron presentadas en el juicio dejaron constancia de que en las paredes del establecimiento no aparecían extintores, siendo un empleado del lugar el que afirmó que los dueños habían decidido quitarlos por razones estéticas.

   Como consecuencia de todo ello, se responsabilizó de la tragedia a dos socios de la discoteca, Mauro Hoffman y Elissandro Spohr, éste último hospitalizado como consecuencia del suceso y retenido en el hospital después de que tratara de suicidarse días después. Además, el cantante de la banda Guriza Fandangueira, Marcelo de Jesus dos Santos, y el productor Luciano Augusto Bonilha Lion, también fueron enviados a prisión.

REPERCUSIÓN

   Además del gran interés que suscitó la noticia tanto en medios nacionales como internacionales, la tragedia llevó a que el Ayuntamiento de Santa María decretara 30 días de luto oficial, y la Universidad Federal de Santa María, donde estudiaban muchas de las víctimas del incendió, suspendió su actividad hasta el día 1 de febrero.

   La presidenta de la Nación, Dilma Rousseff, que en el momento de la catástrofe se encontraba en Santiago de Chile con motivo de la I Cumbre CELAC-UE, viajó hasta Santa María para acompañar a los familiares y víctimas del suceso, cancelando por completo su agenda y ofreciendo ayuda federal y estatal.

   Los homenajes posteriores fueron múltiples, siendo el más significativo la vigilia realizada por cientos de personas la noche del 2 de febrero de 2013 frente a la discoteca, y en la que se congregaron supervivientes, familiares, representantes clericales y múltiples vecinos del estado de Rio Grande do Sul y de todo el país.