Anuncia cuatro nuevas fechas en el madrileño Teatro del Barrio y abre la puerta a establecer allí residencia artística
TOLEDO, 30 May. (EUROPA PRESS) -
El músico toledano Jero Romero está inmerso en la grabación de un nuevo EP de cuatro canciones que será el sucesor de su último álbum de estudio --'Miracoloso' (2022)-- y que espera que vea la luz en el próximo otoño.
Así lo ha desvelado Romero en una entrevista concedida a Europa Press, donde ha concretado que está terminando de grabar estas cuatro canciones y que está "muy feliz" por volver a grabar después de una etapa prolífica: "Me cuesta componer, pero en el último año ha habido una etapa fértil, por así decirlo".
"Mi idea es hacer una edición física de un EP de 10 pulgadas con un diseño chulo y sacarlo cuando acabe el verano", ha manifestado, para agregar que todavía no tiene nombre para este nuevo trabajo y advertir que no le preocupan los plazos porque "por suerte o por desgracia" no se enfrenta a imposiciones.
Un disco en el que le influyen y le inspiran "sentimientos universales" como pueden ser el amor, la soledad, el paso de los años, la incertidumbre del futuro y, en definitiva, "cosas comunes a todo el mundo". "Eso es recurrente y me ha pasado a lo largo de la vida siempre".
Unos sentimientos en los que, confiesa, incluso se ha colado un poco más "la ira y el enfado" ante las injusticias o situaciones "que enfadan". "Yo esos sentimientos siempre los he tenido como un poco ocultos o no he sabido trasladarlos, y creo que ahora hay un poco más de eso".
RESIDENCIA EN EL TEATRO DEL BARRIO
Pero no todo son nuevas canciones para este compositor toledano, que está inmerso en una gira en acústico en la que se enfrenta solo con sus composiciones al público, y no cierra la puerta a plantearse establecerce en el Teatro del Barrio de Madrid a modo de residencia artística, donde ha vendido todos los tickets en un total de seis fechas, dos de ellas aún por venir, los días 18 y 25 de junio.
Tras el éxito, sacará dos fechas más en septiembre y otras dos en octubre, subraya, para señalar que su idea es estar así un año, con dos fechas por mes en este escenario. "A ver si lo consigo, es un concepto que me parece muy lógico (...) Las obras de teatro lo hacen, los cantautores lo han hecho toda la vida, los grupos de jazz, desde los Beatles a la Velvet".
Bajo su punto de vista se trata de algo "muy recurrente" y establecerse en un sitio concreto "es mucho más fácil porque sabes que tienes cada equis tiempo el mismo sitio y puedes convertirlo en una rutina para la gente, para que un par de veces al mes pueda ir a verme en Madrid".
DE LA NECESIDAD VIRTUD
Unos conciertos acústicos que Romero inició "un poco por necesidad" porque girar con una banda es "muy difícil" y "es complicado" cuanta más gente hay que mover, a lo que añade que también se lo planteó como un reto que venía de lejos. "Me surgió una oportunidad, salió bien y entonces ya me animé a seguir".
Confiesa que los resultados son "mucho mejores" de lo que se esperaba porque tras 20 años tocando con una banda "nunca" había escuchado sus canciones "tan desnudas". Pero los temas, según afirma, "se sostienen" y siguen guardando su esencia y siguen "funcionando".
Así, ha señalado que hay canciones con las que se ha reconciliado porque en los primeros conciertos no las tocaba al no tener "un hueco" y no sentirse a gusto con ellas. "Ahora de repente han entrado en el set, y, sin embargo, otras con las que empecé como muy fijas no funcionan bien solo con la guitarra y las he quitado".
Preguntado por si la elección de este formato para sus directos tiene algo que ver con alejarse de la actual industria musical, Romero dice que esta forma de actuar tiene un 80 o 90 por ciento de reto personal porque le requiere "mucho esfuerzo" arreglar las canciones para tocarlas de diferente manera.
Pese a ello, sí que reconoce que en la música las cosas se hacen cada vez más a lo grande y cree que el público agradece ver a la gente "muy de cerca y muy desnuda". "Hay más Wizink y Rivieras que teatros pequeñitos con los artistas que tienen más nombre y tal. Es más difícil verlos en esos sitios más pequeños".
"No es tanto por reivindicar maneras de hacer, sino realmente por encontrar un equilibrio personal en el que poder seguir activo, porque tener una actividad constante y mantener una banda es muy complicado. Es como una visión un poco más hacia adentro que hacia afuera", sostiene.
EL CAMBIO DEL PANORAMA MUSICAL
Jero Romero también ha repasado el cambio que ha sufrido el panorama musical en estos 20 años de carrera que lleva a sus espaldas, para indicar que él mismo también ha cambiado "mogollón" porque "las ilusiones, las expectativas y los sueños que tienes a los 25 años no son iguales que a los 50, y está bien que no sean iguales".
A principios de los 2000 el proceso era "otro" porque Internet "casi no estaba" y había que "matarse" a ensayar para luego "matarse" a tocar "para que algún gurú, llamémoslo discográfica, te propusiese grabar un disco porque era la única manera. Y ahí empezaba un círculo en el que tú estabas deseando entrar".
"Hoy eso ha cambiado por completo, hay gente que da su primer concierto delante de 1.500 personas sin haber grabado ni ensayado nunca, y eso no sé si es mejor o peor pero creo que en todos los oficios está bien llevar un aprendizaje. Pienso en subirme a un escenario delante de 1.500 personas sin haberlo hecho nunca antes y creo que me desmayaría", ha dicho.
Ya en 2011 reconoce que eran otros tiempos "bastantes difíciles" en los que había autoproducción y ordenadores en casa para hacer maquetas "que suenan bien" y que se puedían convertir en discos. "Ya tenía todo el bagaje detrás. Entonces, si yo tuviera ahora 20 años creo que intentaría unir las dos cosas".
"INCREDULIDAD" AL REMEMORAR EL PASADO
Romero recuerda también para Europa Press su época con The Sunday Drivers que afirma que todavía vive "con incredulidad" por todo aquello que le pasó a la banda, por lo que reconoce que "era un poco irreal" ya que ninguno de sus miembros se puso la expectativa de grabar cuatro discos o tocar por toda Europa.
"Todo fueron regalos, y los disfruto más ahora que entonces. Ahora he hecho la vista atrás y nos juntamos y recordamos los sitios en los que hemos tocado, anécdotas (...) Y siempre pienso: Qué suerte haber vivido esto, fue increíble", afirma, para señalar que los miembros del conjunto toledano más internacional siguen siendo buenos amigos.
Una época tras la cual el cambio principal en su vida fue decidir tener otro trabajo y que la música pasara a ser algo secundario, lo que para él fue "muy duro" porque la música es su pasión y lo que más le gusta en el mundo.
"A mí me encantaría vivir de la música tranquilamente, incluso que me sobrara y que viviesen mis nietos de mis creaciones musicales, pero eso es muy difícil y no puedo vivir toda la vida intentando que eso suceda. Entonces, tengo mi trabajo que me deja tiempo para poder seguir componiendo, de manera que si estoy tres meses sin tocar, o dos años sin grabar, yo no sufra porque tengo otro sustento".
Algo que reconoce que le ha costado muchos años para dar ese primer paso, tomar esa decisión y convencerse de que eso estaba bien. "Pero al final estoy mejor, a otro ritmo, pero todos los pasos que doy, todos los conciertos que hago, las canciones que compongo y los discos que grabe, los hago con tranquilidad porque quiero, y si no quiero no lo hago y no pasa nada".