Actualizado 13/08/2016 21:57

Los Juegos Olímpicos que dividieron a una comunidad en dos

Favela de Río de Janeiro
REUTERS

   RÍO DE JANEIRO, 13 Ago. (Reuters/Notimérica) -

   Un autobús recorre la autopista que atraviesa una favela de Río de Janeiro --sede de los actuales Juegos Olímpicos--, mientras tanto Ester Silva, una de las residentes de la favela, se queja por el incesante ruido que inunda su casa de ladrillo todos los días.

   "Esa carretera dividió nuestra comunidad en dos", ha afirmado Silva, de 61 años, que ha trabajado durante 16 años en una tienda de comestibles instalada en su casa. La mujer señala a un tramo de la autopista donde un bus oficial para los Juegos fue apedreado esta semana mientras pasaba por el sector.

   "Mi casa se está derrumbando, todo por unos Juegos Olímpicos que no han sido organizados para nosotros, los pobres, y sin embargo estamos pagando el precio más alto", ha añadido, mientras mostraba los enormes pedazos de yeso que se han caído desde su techo y las profundas grietas de las paredes.

   La autopista de 26 kilómetros y seis carriles fue terminada justo antes de que empezaran los Juegos y conecta la Villa Olímpica con una serie de sedes dispuestas para el evento. El Gobierno lo describió como un legado para el oeste de Río de Janeiro y ha prometido utilizarlo como una ruta central para los buses que llegan a varias comunidades pobres. Sin embargo, los residentes de la favela Vila Uniao la odian.

   Un total de 368 familias fueron reubicadas para permitir la construcción de la autopista Transolimpica BRT y los residentes dicen que la demolición de sus viviendas y las obras de construcción, que en muchos casos se llevaron a cabo a unos metros de la entrada de sus casas, les generaron graves daños estructurales.

   En los últimos días, al menos tres autobuses olímpicos han sido alcanzados por proyectiles mientras atravesaban a toda velocidad la autopista, ha señalado una fuente de seguridad, que emitió declaraciones en el anonimato porque no estaba autorizada para discutir el tema.

   Un autobús transportaba a una docena de periodistas este jueves por la noche cuando dos de sus ventanas fueron destrozadas por lo que algunos testigos describieron como disparos. Las autoridades concluyeron después que se trataba de piedras, posiblemente lanzadas con poderosas resorteras.

   En entrevistas con más de 15 residentes y líderes comunitarios de Vila Unaio, ninguno dijo haber escuchado disparos cuando el bus que transportaba a los periodistas sufrió el ataque. Pero todos comentaron que no les sorprendería que estos vehículos fueran apedreados por jóvenes que viven en la favela, ya que estos actos han sido denunciados por los lugareños.

   "Somos una comunidad activista, hemos estado luchando en contra de la destrucción forzosa de nuestras viviendas durante años", ha declarado Maria do Socorro, una residente de la favela de 45 años. "Si quisiéramos protestar, ustedes lo sabrían. Habríamos puesto una barricada sobre la carretera con neumáticos en llamas", ha sostenido.

   Los residentes de Vila Uniao, que se ubica a apenas unos dos kilómetros de la recientemente construida Villa Olímpica, demandan que la ciudad ayude a reparar las otras 900 viviendas de la favela, en su mayoría frágiles y estrechas casas de ladrillo.