Publicado 25/03/2019 15:34

La Justicia brasileña suspende las operaciones de VALE en trece presas tras el accidente en Brumadinho

Dam collapse in Brazil
O Globo/GDA via ZUMA Wire/dpa - Archivo

   MADRID, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Un tribunal brasileño de Santa Bárbara ha ordenado a VALE suspender las operaciones en trece presas, en el marco de las acciones civiles emprendidas por la Fiscalía de Minas Gerais tras el accidente ocurrido el pasado 25 de enero en la presa de Brumadinho, que reventó dejando un saldo de más de 200 muertos y cerca de 100 desaparecidos.

   Las presas afectadas son las de Estrada de So Gonalo, Lavra Azul, Dico Leste, Principal, Paracatu, Mosquito, Captao, Pocilga, Athayde, Cobras, Sabiá, Sul y B3, todas ellas ubicadas en el estado brasileño de Minas Gerais, donde se encuentra también Brumadinho.

   "La referida decisión solo afectará a las operaciones en la mina de Brucutu, debido a posibles emisiones por la concentración de la planta en la prensa de Sul", ha indicado VALE en un comunicado. "Consecuentemente", ha señalado, Brucutu no reanudará sus operaciones en la fecha prevista.

   El pasado jueves las autoridades de Minas Gerais dieron el visto bueno a VALE para reiniciar las operaciones en Brucutu, que detuvo sus trabajos en febrero. Sin embargo, esta decisión judicial, que se adoptó un día después, ha obligado a aplazar su reapertura.

   La propia empresa ha contado que la decisión judicial, adoptada el pasado viernes, se basa principalmente en la información preliminar que ha recibido sobre las estructuras de dichas presas. "VALE seguirá tomando todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de sus presas", ha reiterado.

   El domingo, VALE anunció que ha elevado el nivel de riesgo de la presa situada en Barao de Cocais, también en Minas Gerais, pasando de dos a tres, el máximo posible, conforme a la evaluación de un auditor independiente según el cual está en una "condición crítica de estabilidad".

   Desde el accidente, VALE ha recibido presiones de las autoridades brasileñas para mostrar que sus instalaciones son seguras, ya que la catástrofe de Brumadinho fue la segunda de este tipo en apenas cuatro años.