Actualizado 19/07/2016 08:14

Marcelino García, el profesor salvadoreño que dio su vida por las libertades de Costa Rica

Escuela Marcelino García Flamenco
FACEBOOK

   SAN JOSÉ, 19 Jul. (Notimérica) -

   El 19 de julio de 1919 el profesor salvadoreño Marcelino García Flamenco fue asesinado por el Gobierno del dictador costarricense Federico Tinoco (1868-1931) por pertenecer a la lucha armada en contra de la dictadura tras la muerte del político opositor Rogelio Fernández Güell.

   Marcelino vivió en Teguacigalpa (Honduras), Panamá y Costa Rica, donde ejerció su labor como maestro, conocido por ser defensor del carácter laico de la educación y de la igualdad de oportunidades para poder acceder a ella.

   Todo empezó el 15 de marzo de 1918 cuando Marcelino estaba en una escuela rural al sur del país y se percató del crimen cometido por las fuerzas oficiales del Gobierno de Tinoco, que terminaron con la vida del opositor Rogelio Fernández Güell. En protesta, el maestro suspendió la clase y los niños se refugiaron en la casa del cura.

   Marcelino García se dirigió al lugar donde se produjeron los hechos. Una vez allí, los asesinos le permitieron tomar apuntes porque "de estos sucesos es bueno que el público se entere detalladamente para generar terror en la población". Más tarde, al maestro le pidieron bailar una cumbia para celebrar el crimen, a lo que se negó.

   Al día siguiente en su escuela, Marcelino dio una clase a los alumnos sobre los horrores del asesinato y criticó la dictadura. Además, les leyó un artículo contra la pena de muerte escrito por el fallecido Fernández Güell y que él guardaba en un libro de recortes. Tras la clase, todos tarde acudieron al cementerio y le llevaron flores.

   Después de lo ocurrido, el maestro fue obligado a cerrar la escuela e incorporarse al ejército costarricense, pero al cabo de unos días desertó y se fue a Panamá a denunciar el asesinato en el periódico 'Star and Herald' y organizarse para ser parte de una invasión revolucionaria contra el Gobierno de Tinoco. Un año más tarde volvió a Costa Rica como miembro de un grupo armado.

   Una vez en Costa Rica, en una ofensiva producida en La Cruz, en la provincia de Guanacaste, el profesor cayó herido a machetazos por parte de los 'tinoquistas' (partidarios de Tinoco), los cuales lo ataron a un caballo que lo arrastró más de 100 metros para poder acabar con el. Finalmente lo rociaron con queroseno y lo quemaron vivo.

   El asesinato de Marcelino provocó una huelga de maestros en la capital, San José, lo que inició el derrocamiento del dictador que fue obligado a abandonar el país el 12 de agosto de 1919.

   Actualmente, en la localidad de Santa Cruz se encuentra la tumba del maestro, donde se puede leer en la lápida: 'Dio su vida por las libertades de Costa Rica'. En el país centroamericano hay una escuela con su nombre, monumentos, hasta un pueblo lleva su nombre y cada año la Universidad de El Salvador otorga un premio a poetas y ensayistas bajo el galardón 'Marcelino García Flamenco'.