Actualizado 29/03/2017 10:49

La masacre de Carandiru, la mayor violación de Derechos Humanos en la historia de Brasil

   BRASILIA, 2 Oct. (Notimérica) -

   La violación de Derechos Humanos más grande de la historia de Brasil tiene nombre y fecha: la masacre de Carandiru, ocurrida el 2 de octubre de 1992 en la Penitenciaria del mismo nombre en el estado de São Paulo. Popularizada con ese nombre por los medios locales, este hecho marcó un antes y un después en la historia del país.

   La masacre fue causada por un motín de prisioneros que comenzaron la disputa a raíz de un partido de fútbol y sucedió en el pabellón 9 de la penitenciaría, cuyo nombre oficial era 'Casa de Detención de São Paulo'.

   La Policía Militar del estado, al mando del Coronel Ubiratan Guimarães, ingresó en la prisión para apaciguar la rebelión disparando a los detenidos y dejando tras el tiroteo un total de 111 personas muertas --102 de ellos por impactos de bala, nueve por apuñalamiento-- sin ninguna baja por parte de los policías.

   Las autoridades sostuvieron que la policía intentaba disolver una pelea entre presos que habían tomado el control en dicho bloque, sin embargo, los indicios descubiertos más tarde sugirieron otras motivaciones. Entre ellas, se baraja que la policía militar habría disparado contra los presos y después habría eliminado las pruebas que podría haberles incriminado en los crímenes.

   Desde entonces, el mayor penal de Latinoamérica quedó marcado por la triste tragedia hasta su demolición en el año 2002, donde fue reemplazado por el Parque de la Juventud.

JUICIO CONTRA GUIMARÃES

   En el año 2001, nueve años después de la masacre, el Coronel Guimarães fue condenado a 632 años de prisión por ser el causante de 102 de las 111 muertes. Pero no llevó a pisar la cárcel, ya que recurrió y el juicio fue anulado, con su consecuente absolución.

   Por si fuera poco --y a pesar de las constantes quejas por parte de diferentes organizaciones internacionales de defensa de los DDHH-- , Guimarães gozó en todo momento de gran impunidad, ya que fue elegido diputado estatal de São Paulo y la Junta Especial del Tribunal de Justicia reconoció que su condena contenía errores, aceptando que el Coronel "solo aceptaba órdenes".

   Pero el recuerdo de Carandiru volvió a la figura de Guimarães cuando fue hallado muerto a tiros el 10 de septiembre del año 2006 en su piso de São Paulo, un acontecimiento que aparentemente no tenía anda que ver con el histórico caso, sin embargo, en la pared del edificio de viviendas se pudo leer un graffiti donde se leía 'aquí se hace, aquí se paga'.

CONSECUENCIAS

   Según 'BBC Mundo', las consecuencias de este triste capítulo de la historia llegan hasta la actualidad, ya que algunos analistas han asegurado que este episodio fue decisivo para la creación de una facción criminal llamada Primer Comando de la Capital (PCC).

   Este fue creado por un grupo de presos el 31 de agosto de 1993 con los objetivos de combatir los malos tratos en el sistema penitenciario y la repetición de la masacre del año anterior. Sus inicios tuvieron lugar en la Centro de Rehabilitación de Taubaté en Santa Clara (Brasil).

   El Estado brasileño considera ilegal a esta organización, sin embargo, cuenta con varios integrantes que financian acciones irregulares no solo en el estado de São Paulo, sino también en los diferentes estados del país y de la región del Mercosur.

NULIDAD DEL JUICIO

   Recientemente se ha conocido la nulidad del juicio por la masacre de Carandiru, lo cual supone un alarmante golpe para la justicia de Brasil. La 4º Cámara Penal del Tribunal de Justicia (TJ) de São Paulo ha declarado nulo el juicio y las 74 condenas contra los agentes de la policía.

   Según indica la agencia nacional de noticias argentina 'Télam', los policías fueron juzgados en cinco tribunales con diferentes jurados entre los años 2013 y 2014, con unas penas que rondaban entre los 48 y los 624 años de cárcel que, sin embargo, nunca llegaron a ser recluidos.

   Este hecho "no solo es alarmante sino que transmite un mensaje aterrador sobre la situación de los DDHH en Brasil", según ha indicado el director de Amnistía Internacional Brasil, Atila Roque, quien además ha criticado la actitud legislativa del país, añadiendo que "Carandiru ilustra todo lo que está mal en el sistema penitenciario de Brasil y en la falta de justicia por las violaciones de DDHH cometidas en el contexto de operaciones de seguridad pública".

   El directivo ha concluido que "si no se toman medidas serias para mejorar las condiciones penitenciarias y garantizar que todos los responsables de violaciones de derechos humanos hacen frente a la justicia, será inevitable que esta tragedia se repita en el país en los años venideros".