Actualizado 23/09/2017 07:29

¿Cómo mejorar la accesibilidad urbana en Iberoamérica?

Urbanidad
NOTIMÉRICA

   MADRID, 23 Sep. (Notimérica) -

   La planificación y regulación del uso del suelo, la movilidad y transporte y el acceso a vivienda y servicios básicos son claves para asegurar en Iberoamérica la integración de la población en el espacio urbano, según indica un informe reciente del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).

   El estudio 'Crecimiento urbano y acceso a oportunidades: un desafío para América Latina', elaborado por el CAF, destaca que vivienda, transporte y trabajo componen el conjunto de la "triple informalidad" que actualmente afecta a los ciudadanos de las grandes urbes, donde al menos entre el 20 y el 30 por ciento viven en condiciones de informalidad, cifra que supera la media mundial (10 por ciento).

   Sin embargo, el dilema principal se encuentra entre densificar o expandir los entornos urbanos, ya que el crecimiento de las ciudades también puede significar costos de congestión, incluyendo mayores tiempos de traslado y de contaminación, mayores precios de la vivienda y mayores tasas de criminalidad, entre otros fenómenos.

   De hecho, Iberoamérica es la región del mundo con los más altos niveles de densificación. Al tiempo que en Estados Unidos y Europa los procesos expansivos se han mantenido estables desde 2010, en Iberoamérica se han duplicado. Colombia está entre los países que más han sufrido este fenómeno: mientras que la media del continente es de 120 habitantes por hectárea, en su capital, Bogotá, se llega a los 245.

   En promedio, el iberoamericano tarda 40 minutos desde su casa hasta el lugar de trabajo --sin contar el tiempo de retorno--. En ciudades como San Pablo, Bogotá, Ciudad de México y Lima una cuarta parte de la población emplea por lo menos una hora al día para llegar a su trabajo.

   

EL PROBLEMA EN LA REGIÓN

   Las dificultades de movilidad impiden que las personas accedan a los mejores empleos disponibles y que las firmas contraten la mano de obra más preparada, disminuyendo así la productividad de toda la ciudad, señala el informe.

   Otro de los problemas es la limitada infraestructura que se destina a aceras o carriles exclusivos para el transporte público, a pesar de que estas formas de movilidad son las alternativas más frecuentes entre la población con menores ingresos.

   Además, las políticas actuales de transporte privilegian la inversión en infraestructura para la movilidad privada y los subsidios al consumo de combustible benefician a los hogares más ricos, reforzando el modelo urbano inequitativo, tal como menciona un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

   

   El acceso a la vivienda es otro problema que enfrenta la región, donde una familia necesitaría cinco meses de salario para comprar un metro cuadrado de casa; es decir, debería ahorrar el 30 por ciento de su salario durante 50 años para tener un espacio de 50 metros cuadrados.

   Frente a esto, la CAF propone flexibilizar la oferta inmobiliaria y hacer más simple el marco regulatorio del uso del suelo y registros de propiedad, para que más ciudadanos puedan acceder a una vivienda.

TRANSPORTE PÚBLICO

   En Iberoamérica, el 39 por ciento de ciudadanos se desplaza desde su residencia hacia su lugar de trabajo en transporte público, el 22 por ciento en transporte privado y el 26 por ciento a pie. Esto se compara con valores respectivos de 23 por ciento, 54 por ciento y 11 por ciento en Europa, mientras que el 90 por ciento de los traslados desde la casa hasta el trabajo en Estados Unidos se realiza en automóvil privado.

   Uno de cada cinco iberoamericanos no puede acceder a ningún medio de transporte público formal a menos de 10 minutos de su vivienda. Bogotá es la ciudad más insatisfecha con esta situación a nivel regional, donde el 38 por ciento de los capitalinos no llega a su trabajo a tiempo.

¿HACIA DÓNDE CRECER?

   Como respuesta para mitigar estas problemáticas que afectan al bienestar los ciudadanos, el estudio indica que las políticas públicas deben proponer mecanismos para transformar estos procesos en una mayor accesibilidad para todos, en lugar de tratar de frenar el crecimiento natural de la huella urbana.

   Asimismo, al mejorar la accesibilidad urbana mediante la reducción de los costos de congestión de las ciudades, regulando el uso de vehículos privados y fomentando el del transporte público, la productividad de las ciudades aumenta significativamente.

   Como respuesta se han creado iniciativas que buscan emparejar el costo privado de uso del automóvil a su costo social, a través de los impuestos a la circulación en zonas y horarios de alto tráfico. En este sentido, la restricción del uso de vehículos en ciertos días y horas es clave de acuerdo, por ejemplo, al número de la placa.