Actualizado 04/06/2013 16:39

Detenido por homicidio el director de la Policía Municipal de Nacozari (Sonora)


MÉXICO D.F, 4 Jun. (EUROPA PRESS) -

El director de la Policía Municipal de Nacozari, Cornelio Miranda Nava, y el agente José Ramón López Domínguez han sido detenidos por el presunto homicidio de un conductor que fue baleado cuando huía después de verse involucrado en un accidente de tránsito.

Ambos han sido puestos a disposición de un juez penal, según informó en conferencia de prensa el titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Carlos Navarro Sugich, quien explicó que los detenidos están acusados por los delitos de homicidio calificado, contra procuración y administración de justicia, así como por falsedad de declaración judicial, encubrimiento e incumplimiento de un deber legal.

La víctima, Armando Olegario Villareal González, de 32 años de edad, perdió la vida al recibir disparos de arma de fuego de agentes de la policía municipal de Nacozari de García, durante una persecución para detenerlo, según reporta la agencia Notimex.

La investigación se inició el pasado 30 de mayo, después de que al practicar la autopsia a la víctima, que en un principio se pensó que había muerto a causa de las lesiones que sufrió al volcar su vehículo, se detectase un impacto de arma de fuego.

La Policía Estatal Investigadora determinó que la Policía Municipal de Fronteras solicitó apoyo para interceptar a un conductor que huía después de participar en un accidente de tránsito.

El director de la Policía Municipal ordenó colocar un filtro de seguridad a la entrada de Nacozari, pero el conductor lo evadió y se inició entonces una persecución.

Durante la misma, el director de policía ordenó a un agente que disparara contra el vehículo en el que huía el sospechoso y éste lo hizo en cuatro ocasiones, lo que provocó el vuelco de la camioneta del perseguido.

Miranda Nava redactó el parte informativo y obligó a los agentes a que lo firmaran, y también dio instrucciones para que removieran la defensa trasera del pick-up con el fin de ocultar los impactos calibre nueve milímetros del arma del agente López Domínguez.