Actualizado 16/12/2011 21:02

México pide perdón a una indígena que fue violada y torturada por dos militares


MÉXICO DF, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Estado mexicano pidió perdón a una indígena que fue violada y torturada por dos militares, al tiempo que reconoció públicamente su responsabilidad en los hechos ocurridos hace casi diez años por no haber brindado la debida protección a la víctima.

La indígena me'phaa Valentina Rosendo Cantú fue amenazada, golpeada y violada por dos uniformados mexicanos cuando lavaba ropa cerca de un río en el estado de Guerrero (oeste) en febrero de 2002, cuando apenas tenía 17 años.

La disculpa deriva de una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) que determinó en un fallo la responsabilidad del Estado mexicano en las agresiones sufridas por la indígena al no garantizarle la debida protección y le obliga a pedir perdón públicamente, así como a resarcir los daños causados.

"A usted, a su hija, les extiendo la más sincera de las disculpas por los hechos ocurridos hace casi una década en los que resultaron gravemente lesionadas en sus derechos", expresó el secretario de Gobernación de México, Alejandro Poiré, en un acto celebrado el jueves en el Museo Memoria y Tolerancia.

El Estado mexicano reconoce "su responsabilidad internacional por la violación de los derechos a la integridad personal, a la dignidad, a la vida privada, a las garantías judiciales, a la protección judicial, a la garantía del acceso a la justicia sin discriminación y a los derechos de las niñas", agregó Poiré.

Rosendo ha recibido las indemnizaciones correspondientes, así como algunos beneficios como becas de estudio para ella y su hija de nueve años, en un intento de resarcir los daños causados hace casi una década, informó el secretario de Gobernación.

En este contexto, aclaró que las violaciones a los Derechos Humanos y las agresiones contra mujeres y niñas son casos "aislados" y, en ningún caso, representan una política estatal.

Durante su intervención en el acto, Rosendo contó las dificultades que tuvo afrontar después de presentar la denuncia ante las autoridades competentes, como la imposibilidad de comunicarse con los funcionarios por no saber hablar español sin que le hayan facilitado un traductor. "A lo largo de nueve años en busca de justicia de parte del gobierno, no recibí buen trato (más bien) recibimos amenazas", comentó.

"Esta lucha va a ayudar a muchas mujeres que están en las mismas situaciones, mujeres que no denunciaron o muchas sí quedó archivada y no se investigue, también no denunciaron por miedo, por vergüenza", expresó.