MÉXICO DF, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los 26 agentes de la Policía de Ascensión, un pueblo del municipio de Casas Grandes en el estado mexicano de Chihuahua (norte), han renunciado por temor a ser víctimas del crimen organizado, después de que dos oficiales fuesen asesinados el pasado martes.
Los policías entregaron sus armas y uniformes por miedo a ser agredidos por las bandas del narcotráfico que mantienen una lucha armada en ese estado fronterizo con Estados Unidos, confirmó el alcalde de Ascensión, Jaime Domínguez Loya.
Dos uniformados fueron asesinados el pasado martes en ese pequeño pueblo de Chihuahua, donde en la última semana se han registrado varias agresiones contra las fuerzas de seguridad. Esta situación ha forzado a todos los miembros de la Policía de Ascensión a abandonar sus puestos y regresar a la vida civil, comentó Domínguez en declaraciones citadas por la prensa mexicana.
Ante esta inédita dimisión masiva, el alcalde ha pedido ayuda al Gobierno de Felipe Calderón y al Ejército mexicano para garantizar la seguridad en ese pueblo que ahora se ha quedado sin protección policial.
Funcionarios de la Fiscalía del Estado de Chihuahua visitarán Ascensión para hacer una análisis de la situación. Entretanto, un grupo de militares y policías federales se encargarán temporalmente de custodiar las calles de esa localidad, hasta que se tome una decisión en torno a la reactivación de la Policía municipal.
Chihuahua, fronterizo con Estados Unidos, es considerado el estado más violento de México con más de 4.500 homicidios registrados en 2010, según cifras oficiales. En este estado se encuentra Ciudad Juárez, una de las localidades más peligrosas del mundo, donde el año pasado se produjeron más de 3.100 asesinatos.
Desde que Calderón asumió el poder en México en diciembre 2006, más de 40.000 personas han sido ejecutadas en hechos relacionados con los grupos del crimen organizado que mantienen una encarnizada guerra por el control de la ruta de la droga que se vende en Estados Unidos.