Actualizado 29/09/2015 11:36

Millones de niños abandonan la escuela en Latinoamérica por violencia

   NUEVA YORK, 29 Sep. (Notimérica) -

   La presencia de delincuentes, pandillas y armas en las escuelas aumenta el absentismo y, en muchos casos, conduce al abandono escolar de millones de niños en América Latina.

   Así lo indica el documento 'Iniciativa a favor de escuelas y comunidades fuertes: Colaborar para construir escuelas seguras y ambientes de aprendizaje protectores' presentado este lunes por Unicef en América Latina y el Caribe, junto a las organizaciones Coalición Empresarial Mundial por la Educación y World at School.

   La presentación se llevó a cabo durante el evento global 'Up for School' que reúne en Nueva York a jóvenes, líderes empresariales, docentes, sociedad civil y organizaciones religiosas de todo el mundo para realizar un llamamiento a favor de que la educación sea considerada una prioridad en la nueva agenda del desarrollo global.

   Otro dato relevante del informe indica que la extorsión a docentes y estudiantes y el robo y la destrucción de instalaciones escolares impiden el acceso a la escuela, generan miedo y generan consecuencias psicológicas negativas que disminuyen la calidad de la enseñanza y el aprendizaje.

   PANDILLAS Y ARMAS EN LAS ESCUELAS.

   El informe, consultado por Notimérica.com, denuncia que en América Latina y el Caribe, la violencia en las escuelas y sus alrededores perjudica la educación de millones de niños y niñas y amenaza su seguridad inmediata y su capacidad de construir una vida productiva.

   También destaca que la región tiene el índice más alto de violencia armada de todo el mundo y es la única región donde la violencia con efectos mortales aumentó entre 2000 y 2010. En las últimas dos décadas, las tasas de homicidio aumentaron de cinco a ocho veces más rápido que en Europa y Asia, y la tasa de homicidio juvenil es más del doble que el promedio mundial: 70 cada 100.000.

   La causa más importante de violencia en los ámbitos educativos es la presencia de grupos delictivos, miembros de pandillas y armas en las escuelas y sus alrededores, que crean una sensación de inseguridad.

   Así, por ejemplo, casi el 60% de los estudiantes de Guatemala tienen miedo de ir a la escuela y casi el 30% de los docentes han sido víctimas de violencia o conocen a alguien que ha sido acosado por pandillas locales, conocidas como "maras", al entrar o salir de la escuela.

   La extorsión de docentes y estudiantes por grupos delictivos y miembros de pandillas y el robo y la destrucción de instalaciones escolares no solo impiden el acceso a la escuela, sino que generan miedo y otras consecuencias psicológicas negativas, disminuyendo la calidad de la enseñanza y el aprendizaje.

   La violencia puede ser extrema y provocar desplazamiento forzado o incluso la muerte. Millones de niñas, niños y adolescentes se preguntan cada día si podrán llegar a la escuela, si estarán seguros durante la jornada escolar, remarca el documento.

   DELINCUENCIA Y BAJO NIVEL EDUCATIVO.

   Algunos de los principales efectos de la violencia en la educación son la restricción del acceso a las escuelas y los riesgos y amenazas constantes para los docentes y los estudiantes.

   El aumento de las tasas de abandono escolar, el reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes en grupos armados y la peligrosidad de los caminos que conducen a las escuelas constituyen fronteras invisibles que socavan el derecho a la educación.

   Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la delincuencia también se correlaciona con el bajo nivel educativo. Así, la mayor parte de la población carcelaria de Perú (87,1%), Chile (84,4%), México (85,9%) y El Salvador (87,3%) no terminó 12 años de educación.

   El ciclo de violencia que convierte a los niños en víctimas y los expulsa de las aulas también puede aumentar la probabilidad de que cometan actos violentos más adelante.

   Para lograr ambientes de aprendizaje seguros, hace falta la participación activa de toda la sociedad: administradores escolares, docentes, gobiernos nacionales y locales, la comunidad, la sociedad civil y el sector privado.

   Importan especialmente la consulta y la participación de los niños, niñas y adolescentes y sus familias. En la búsqueda de soluciones al problema de la violencia, es esencial entender el ambiente de aprendizaje como un entorno cognitivo, social y emocional integrado, remarcan los expertos.

   INICIATIVA.

   La presentación de esta iniciativa regional estuvo liderada por los ministros de Educación de El Salvador y Costa Rica, Carlos Mauricio Canjura y Sonia Marta Mora, respectivamente; la primera Dama de la Nación de Panamá, Lorena Castillo de Varela; y el empresario guatemalteco Salvador Paiz, quienes promoverán la iniciativa en toda la región y en sus países en particular.

   La 'Iniciativa a favor de Escuelas y Comunidades Fuertes', que se presenta días después de que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptara los Objetivos de Desarrollo Sostenible, busca promover acciones que reduzcan la violencia en el entorno escolar y aseguren el derecho de todos los niños, niñas y adolescentes a recibir una educación de calidad.

   

   

   Así, hasta finales de 2016, los socios de esta iniciativa realizarán diferentes acciones en los países de América Latina y el Caribe para que, junto a las familias, las autoridades, el sector privado y las comunidades, se definan acciones específicas para mejorar las oportunidades educativas de quienes están más en riesgo debido a la violencia.