Publicado 20/06/2019 18:40

Los 'Monstruos de Ecatepec' acumulan 114 años de prisión cada uno tras el último juicio en su contra

Los 'Monstruos de Ecatepec' acumulan 114 años de prisión cada uno tras el último juicio en su contra
YOUTUBE

   CIUDAD DE MÉXICO, 20 Jun. (Notimérica) -

   Los asesinos conocidos como 'los monstruos de Ecatepec' han sido condenados esta semana a 40 años por el feminicidio de Arlet Samanta Olguín y al pago de una multa de 285.000 pesos (15.000 dólares) por daños, acumulando un total de 114 años de prisión cada uno desde que fueron detenidos por las autoridades mexianas el pasado 4 de octubre.

   Es la cuarta sentencia que pesa sobre Juan Carlos Hernández y su pareja, Patricia Martínez Bernal, un matrimonio que por el momento han confensado hasta una veintena de crímenes, entre ellos conocidos seis feminicidios, y que este miércoles fueron juzgados de nuevo en los juzgados del penal de Chiconautla, en Ecatepec (norte de Ciudad de México).

   Este último juicio contra la pareja ha sorprendido nuevamente por la actitud mostrada por Juan Carlos Hernández, quien ha querido testificar de manera oral para contar su versión sobre la muerte de Arlet Samanta Olguín. Lejos de contradecir la historia narrada por la Fiscalía, recoge 'El País', Hernández solo quería explayarse en los detalles y provocar a los presentes.

   Según su declaración, en octubre de 2017 él y su mujer se mudaron al edificio donde vivía Olguín, de 22 años, en busca de una víctima. El 25 de abril de 2018, Olguín desapareció después de acudir a casa de los homicidas bajo el pretexto de que iban a enseñarle un pantalón. Una vez en su casa, como ha contando el propio homicida, la apuñalaron junto a su mujer cuando no había testigos.

    "Como soy humano le dejé decir sus últimas palabras. Le dije que si algún día caía sus palabras se iban a saber y me dijo 'dile a mi madre que la quiero mucho", ha relatado el asesino mientras miraba a Guadalupe Hernández, madre de la víctima, recoge el citado medio. A esto le siguieron los detalles de cómo profanó, descuartizó y se comió el cadáver de Olguín, lo cual hizo saltar a los familiares de la víctima.

   El asesino ha continuado relatando que descuartizó el cuerpo de Olguín y que vendió algunos de sus huesos, como el cráneo, a un santero. "La vida de Samanta valió 1.400 pesos", ha concluído el asesino, indica 'El País'.

   "Este ser es un desgraciado", sentenció Guadalupe Hernández. "Mi hija se fue como una reina y sus hijas están rodeadas de amor, no como tus hijos que sabrá Dios dónde están y qué pasó con ellos", ha expresado la madre de la víctima, haciendo referencia a los cuatro hijos de la pareja, quienes estaán disposición de la justicia desde la detención.