Actualizado 10/01/2018 10:52

La muerte de un joven a manos de la GNB en Vargas, Venezuela, genera protestas en la zona y alerta de la corrupción

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VENEZUELA

   CARACAS, 10 Ene. (Notimérica) -

   Las autoridades venezolanas informaron este martes de que un adolescente había muerto a manos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) tras recibir un disparo por haber robado un pavo en el estado de Vargas, al norte del país.

   Los hechos tuvieron lugar cuando el joven, de 16 años, fue interceptado por la GNB en el sector La Esperanza III de Catia de Mar. Fuentes oficiales reportaron que el agente disparó al menor porque no se detuvo cuando se lo indicaron. Sin embargo, los vecinos de La Esperanza III denuncian ahora que fue asesinado con un disparo en la cabeza por no pagar la "vacuna" (soborno) que el guardia nacional le exigía.

   Según informó ayer el diario local 'La Verdad de Vargas', el funcionario llamado Palmar Machado, conocido como 'El Guajiro', había advertido ya con anterioridad a un grupo de jóvenes diciéndoles que si se llevaban pavos tenían que pagarle.

   El menor asesinado se encontraba con otros dos jóvenes que venían de sustraer pavos de la granja Omagua de Mayupán y traían dos sacos. Él se ofreció a cargar uno de los sacos a cambio de un pavo. En ese momento fue cuando apareció el guardia y les ordenó detenerse. Los jóvenes no hicieron caso porque sabían que eso significaba "bajarse de la mula", es decir, pagar un dinero. La desobediencia de los jóvenes habría airado al funcionario que le habría propinado un disparo en la cabeza al menor, huyendo junto a sus compañeros mientras, según esta versión, amenazaba a los otros dos diciendo "mejor se van de aquí porque si abren la boca van a llevar plomo también".

   Los hechos provocaron que la comunidad de La Esperanza III se alzara contra la Guardia Nacional y tuviera que ser controlada por la policía al tiempo que amenazaban con incendiar la Base de Misiones, donde se alojan los funcionarios.

ABUSOS POLICIALES

   Aunque las familias de La Esperanza III afirman ser conscientes de que el robo de pavos es un delito, tienen hambre. El robo de pavos se ha convertido en un negocio en el que están involucrados desde trabajadores de las granjas hasta los lugareños y los cuerpos de seguridad.

   La población denuncia que los guardias les piden 400.000 bolívares por cada saco que extraen y también les arrebatan cualquier objeto de valor, como teléfonos móviles, para pedirles un 'rescate' por recuperarlos.

   Coromoto Ratia, residente de la zona, declaró en la prensa local que ya habían denunciado antes estas extorsiones en Carayaca y Catia del Mar. "No nos ayudan cuando tenemos algún problema en la comunidad, pero sí nos matraquean. Su excusa es que no pueden dejar la base sola", afirmó Ratia.