Publicado 26/02/2015 14:01

Mujer que degolló a sus tres hijos lo hizo para que no se los quitaran

Entierro de menores asesinados por su madre en Colombia
COLPRENSA

BOGOTÁ, 26 Feb. (Notimérica) -

La acusada de haber dado muerte a sus tres hijos de 3, 6 y 9 años de edad el pasado 18 de febrero en el municipio colombiano de Palmar de Varela, Johana Montoya Rosario, ha confesado que cometió el crimen para que no le quitaran a los niños.

La mujer, quien tras cometer el asesinato intentó quitarse la vida con el mismo cuchillo con el que presuntamente dio muerte a los tres menores, hizo esta confesión por escrito, ya que no puede hablar porque tiene una herida en el cuello.

Y es que Montoya, de 24 años de edad, permanece desde el día del suceso en el hospital univesitario de Barranquilla, adonde tuvo que ser trasladada tras cortarse el cuello con un cuchillo.

La Fiscal 3 Local de la Unidad de Reacción Inmediata de Soledad, Atlántico, dijo que Johana Montoya Rosario confesó mediante escrito en una hoja de papel, que había tomado la decisión de matar a sus tres hijos porque temía que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se los quitara, luego de que ella denunciara ante ese organismo que su padre, y abuelo de los menores, Cipriano Montoya, abusaba de su hija de seis años.

La fiscal recordó que el pasado 23 de febrero, Johana escribió en una hoja de block y ante el siquiatra, que ella había tomado la determinación de acabar con la vida de sus tres menores porque "no quería perder a sus hijos".

Y es que en el momento en que hizo la denuncia ante el ICBF, dicha entidad le sugirió que saliera de la casa y que a la niña la diera a cuidar a un familiar, como en efecto así hizo.

Sin embargo, y al no ver salida, el 18 de febrero tomó la fatal decisión de matar a sus tres hijos de 3, 6 y 9 años de edad, tras lo cual quiso acabar con su vida cortándose las venas de una de las manos y luego el cuello.

CARTA A SU MADRE

Antes de confesar el crimen ante la fiscalía, Johana ya había asumido de alguna forma la autoría del asesinato en una carta que dejó a su madre y a su compañero sentimental, Wilson Díaz Reales, aunque cuando fue interrogada en el hospital por un fiscal, negó los cargos que éste le imputó ante el Juez con Control de Garantías.

Durante la declaración que hizo ese pasado 23 de febrero, Johana dijo que siempre le creyó a su hija sobre que su abuelo la había tocado en la zona genital, porque él ya lo había hecho con ella cuando aún era una niña.

En ese entonces ella y sus padres estaban viviendo en Magangué, (Bolívar), y la presunta parricida narró que cuando cumplió los 11 años de edad, su padre Cipriano Montoya la accedió carnalmente.

Por esa denuncia, Cipriano Montoya fue capturado el sábado, 21 de febrero, en el barrio Las Flores de Barranquilla, y recluido en la cárcel El Bosque de dicha ciudad, por el delito de acto sexual abusivo y agravado con menor de 14 años, si bien al momento de la captura no aceptó la imputación.

En cuanto a Johana, sobre ella pesa una medida de aseguramiento en centro carcelario, medida que no se ha hecho efectiva porque se espera que se recupere y reciba el alta hospitalaria.

Entre los detalles que se han conocido en las últimas horas sobre este caso, está el que en el momento de hacerle la prueba forense a la niña presuntamente abusada, se le encontró en las uñas de la mano derecha unas hebras de cabello, que al parecer son de su madre, Johana Montoya, si bien se investiga si pudieran ser de otra persona.