Actualizado 20/05/2015 16:14

Una mujer sobrevive tras ser acuchillada y sepultada por su expareja

Una mujer sobrevive tras ser estrangulada, acuchillada y sepultada por su expare
Foto: TWITTER

BOGOTÁ, 20 May. (Notimérica) -

   La mujer estrangulada, acuchillada y sepultada, Jazmín Mosquera, sobrevivió a un ataque mortal por parte de su expareja, Jefferson Ricardo Angulo, con quien llevaba saliendo seis años, y una cómplice de éste, Doris Constanza, que era profesora de preescolar.

   Tal y como explican en el vídeo publicado por el diario colombiano 'El Espectador', Angulo, de 21 años, y Constanza, de más de 40, trataron de asesinar a Mosquera, de 24, por una cuestión de celos.

   Mosquera conoció a su expareja en el colegio y vivían juntos desde su graduación. Para ella, él "era el hombre de su vida", hasta el pasado 7 de abril de 2013 cuando la situación cambió completamente.

   En 2012 Angulo se había quedado sin trabajo y comenzó a ejercer de taxista. Su jornada laboral había ido en aumento y el joven pasaba las noches fuera, a pesar de que Mosquera le hubiera planteado su desacuerdo repetidas veces. Cuando la situación fue insostenible, la colombiana le hizo la maleta y le pidió que se fuera.

   "Ya no era el Jefferson que yo conocía, no era el joven que había estudiado conmigo, sino que había cambiado mucho", explica Mosquera sobre el comportamiento de su pareja tras la ruptura.

   El muchacho le pidió que volvieran juntos repetidas veces, pero ella no quería y con ayuda de su madre se iba a ir a vivir a Panamá con una amiga y con la esperanza de una nueva vida sin decirle nada a Angulo.

   El muchacho se enteró y el día anterior a su marcha la había citado en un lugar concurrido después de explicarle que había cogido el taxi de un amigo e iba a recogerla para ir a comer.

   Poco después de que llegaran al restaurante, como una señora ajena, Constanza solicitó una carrera a cambio de 15.000 pesos (seis dólares aproximadamente), nadie se opuso y todos se pusieron en marcha de nuevo con total normalidad para llevar a la señora a su destino antes de ir a comer.

   Cuando llegaron al lugar indicado, el taxi no paró y la señora comenzó a ahorcar a Mosquera con una toalla desde el asiento de atrás. Ella pensaba que su expareja iba a intervenir en su defensa, pero le preguntó a la ejecutora dónde estaba el cuchillo y la joven comprendió lo que sucedía: "Fue entonces cuando me di cuenta de que me querían matar".

   Angulo apuñaló a su víctima en los brazos, el abdomen, los muslos y la espalda y llegaron a una zona poco transitada, por lo que Mosquera sabía que no sería fácil escapar de aquel lugar con vida.

   "Me arrastraron por la tierra durante unos diez minutos, entonces noté que me caía en un hueco y comenzaron a echarme tierra encima. Pensé que no me salvaría de aquello", señala la joven.

   Lo que salvó su vida fue "hacerse la muerta" y dejar que le echaran algo de tierra encima, cuando sus captores fueron a por una pala para terminar de enterrarla ella se levantó y salió de allí.

   Pasó la noche escondida con el cuerpo sumergido en un río cercano junto a un árbol y al amanecer salió en busca de socorro. Encontró una casa cercana, habitada por una familia y les pidió ayuda. Después fue trasladada al hospital donde se recuperó.

LOS CAPTORES

   Con ayuda de su familia, la joven puso una demanda contra Jefferson. La Policía local y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación investigaron lo sucedido en el lugar de los hechos y corroboraron la versión de Mosquera.

   La cómplice de Angulo, Constanza, llevaba un tiempo viviendo con el joven y mantenía con él una relación, a pesar de que era varios años mayor. Fue acusada de delito de homicidio de grave tentativa y aceptó los cargos sin resistencia. Poco después asumió la culpabilidad y reconoció que había urdido todo el plan por celos.

   La artífice del suceso era también madre y cabeza de familia, por lo que su pena de cárcel fue reducida a 15 años de prisión.

   Por otra parte, el paradero de Angulo continúa siendo desconocido. Se cree que el joven podría haber salido del país de manera ilegal.

   El padre de familia que ayudó a Mosquera en la casa del río fue testigo de cómo una pareja había pasado el día en la zona justo 24 horas antes de aquello. El testigo dijo que le habían pedido una pala y con la investigación se demostró que aquella pareja eran los captores de la joven, que estaban estudiando la zona en la que matarían a su víctima.