Actualizado 05/02/2017 17:27

Las mujeres argentinas en prisión podrán convivir con sus hijos en viviendas separadas

Prisión
PIXABAY

   BUENOS AIRES, 5 Feb. (Notimérica) -

   El Ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires está implementando un programa cuyo fin es permitir que las mujeres que se encuentren en prisión y sean madres de niños pequeños puedan convivir con estos.

   La ley argentina estipula que hasta los cinco años los menores deben permanecer con sus madres, de manera que existía un problema cuando estas se encontraban privadas de libertad. El Servicio Penitenciario de Buenos Aires calcula que de las 1.228 mujeres bonarenses en prisión, 53 de ellas tiene hijos pequeños y 22 se encuentran embarazadas. Estas cifras conllevan que 60 niños de hasta cuatro años se encuentren en los penales de la provincia con sus madres.

   La prueba del proyecto se está llevando a cabo en la Unidad 54 de Florencio Varela, en la que se encuentran tres mujeres con hijos pequeños y una cuarta embarazada. Habitan en una pequeña casa ubicada en el terreno de la prisión.

   El ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, ha explicado que el objetivo del programa es normalizar la vida de los menores. "La idea de alojarlas en las casitas es darles a los chicos un contexto distinto, algo más parecido a un hogar", ha declarado en la inauguración del proyecto, según ha informado 'La Nación'.

   El ministro provincial ha explicado que, en la medida en que las madres demuestren una buena conducta, el objetivo es ir trasladándolas a construcciones como la de Florencio Varela, que ya se han habilitado en otros seis penales más. "Creemos que otras mujeres podrán acceder a este beneficio si demuestran que pueden aceptar las reglas de convivencia", ha afirmado Ferrari.

SER MADRE EN PRISIÓN

   Una de las mujeres con las que se está testando la viabilidad de este proyecto es Nancy, madre de un niño de 9 meses. Aunque asegura que le duele tener que criar a su hijo dentro de prisión, agradece el cambio a la casa exterior del penitenciario. "Acá hay menos barullo que en el pabellón, duermen más tranquilos. Es distinto. No hay rejas y tenemos la puerta 24 horas abierta", ha declarado Nancy.

   La vivienda en la que habitan Nancy y su hijo, junto con otras madres y niños, es una construcción prefabricada con dos habitaciones, una sala, un comedor y una cocina. Se encuentra rodeada de un espacio verde con varios juegos para niños, como toboganes y balancines.

   Romina, otra de las madres internas que habita en el exterior del pabellón, recuerda cuando vivía en prisión son su hija. Ha asegurado que los ruidos de madrugada despertaban a la niña muy alterada. Ahora la niña gatea por el jardín del penitenciario, alrededor de la casa donde vive con otras madres y sus hijos.

   "Es diferente estar acá, es un cambio para mí y para ella. Es una oportunidad muy grande y estoy haciendo todo el esfuerzo posible para seguir adelante", ha explicado Romina.

   Las cuatro mujeres han creado una pequeña comunidad alrededor de la casita del penal, con sus hijos y el que está por venir. Son las primeras privilegiadas por esta nueva política del Ministerio de Justicia de Buenos Aires cuyo objetivo es, además de mejorar la calidad de vida de los menores, preparar a las internar para la reinserción social con sus hijos.