Actualizado 24/11/2010 16:27

Amnistía exige la erradicación de las violaciones y los abusos sexuales contra niñas en Nicaragua

Los principales autores de violencia sexual son familiares y personas con poder y la sociedad tiende a "culpar a las víctimas"

((NOTICIA EMBARGADA HASTA LAS 01:01 HORAS EN ESPAÑA DEL 25 DE NOVIEMBRE DE 2010))


MADRID, 24 Nov. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) ha exigido a la erradicación de las violaciones y los abusos sexuales contra niñas en Nicaragua, un país en el que dos terceras partes de las víctimas de la violencia sexual son menores de 17 años, en el que los principales autores de estas agresiones son familiares y personas en posiciones de poder y en el que la sociedad tiende a estigmatizar y a "culpar" a las propias víctimas.

"Cada día, muchas niñas nicaragüenses sufren el horror de la violencia sexual en silencio, por no arriesgarse al rechazo que a menudo sufren cuando hablan de lo sucedido", ha manifestado la investigadora de Amnistía Internacional para Centroamérica, Esther Major, con motivo de la presentación de su nuevo informe 'Escucha sus voces y actúa: No más violación y violencia sexual contra niñas en Nicaragua'.

Según datos policiales, entre 1998 y 2008 se denunciaron más de 14.000 casos. Dos tercios de las víctimas eran menores de 17 años. Aparte, durante la investigación efectuada entre 2008 y 2010 por AI para elaborar este informe, entre las más de 130 personas entrevistas "había 35 niñas y jóvenes de entre 10 y 20 años que habían sido violadas y diez madres de víctimas de violación", añadió la organización.

El informe --cuyos autores también entrevistaron a expertos, mujeres policías, parlamentarios y representantes del Gobierno-- demuestra también que la sociedad nicaragüense estigmatiza a las víctimas de abuso sexual y que el sexo "sigue siendo un tema tabú, lo que hace que las niñas no se atrevan a denunciar la terrible situación que están viviendo", prosiguió AI.

Según las denuncias recogidas, los autores más habituales de la violencia sexual contra las niñas son familiares y personas que ocupan una posición de poder. "El hogar es con frecuencia un lugar peligroso, y muchas niñas que sufren abuso sexual a manos de sus familiares se ven presionadas para guardar silencio", denunció la organización.

"CULPA DE LA VÍCTIMA"

Aparte, la ausencia de programas gubernamentales para concienciar a la población sobre la violencia sexual y cambiar las actitudes sociales significa que, a menudo, "es a la víctima a quien se culpa, y no al agresor", añadió.

"Las niñas que sacan fuerzas para denunciar la violación o los abusos sexuales a menudo descubren que, en lugar de un trato atento y profesional, lo que se encuentran son unos policías, fiscales y jueces que no cumplen las normas nacionales e internacionales sobre el trato a las víctimas de abuso sexual", prosiguió.

Pese a que en Nicaragua existen protocolos para policías, fiscales y jueces sobre el trato a las víctimas de violación y abuso sexual, en la práctica a menudo estos protocolos no se tienen en cuenta, advirtió la organización, que añadió que a muchas niñas nicaragüenses "también les resulta difícil cubrir los costes de los desplazamientos para asistir a vistas judiciales o acudir a citas en el hospital o a instituciones forenses".

"La justicia nicaragüense debe servir a todas las personas, no sólo a las que tienen poder y dinero", advirtió Esther Major. "El Gobierno debe transmitir un mensaje claro de que la violencia sexual nunca es culpa de la víctima de violación, que los agresores serán procesados y que las supervivientes recibirán el apoyo que necesitan para recuperarse", manifestó.