Publicado 27/06/2019 22:23

La nueva imagen de la cruda realidad migrante en la frontera sur de México: "¡Por favor, por favor, ayúdame!"

MIGRANTE TAPACHULA
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   CIUDAD DE MÉXICO, 27 Jun. (Notimérica) -

   La nueva imagen del drama migratorio en la frontera de Estados Unidos y México está protagonizado por una mujer haitina clamando ayuda y comida para su bebé enfermo.

   La mujer y su hijo permanecen en un albergue en la ciudad mexicana de Tapachula, en la costa sur del estado de Chiapas, donde opera la Guardia Nacional desde hace unas semanas para controlar el flujo migratorio.

   "¡Por favor, por favor, ayúdame!", suplicaba la migrante, tirada en el suelo, del albergue temporal en el que se encuentran encerrados unos 600 personas indocumentadas. "Mi hijo está enfermo. Muchos días de sufrir. Pásame un poquito de comida. Todos los días no hay agua potable. ¡Ayúdame!", gritaba entre llantos.

   La desesperación de esta haitiana ha sido captada por los reporteros que se encuentran documentando esta triste realidad que vive la región. Sin embargo, esta instantánea se ha difundido a nivel internacional y ha captado la atención de la sociedad, aún conmocionada con la fotografía de los cuerpos sin vida de los salvadoreños Óscar Martínez y su hija de dos años, Valeria.

   Padre e hija mueriron tratando de cruzar el río Bravo, el cual separa el país mexicano del objetivo por el que todos emprenden esta infernal travesía: acceder a Estados Unidos.

   Si bien la ruta de la caravana centroamericana está llena de complicaciones, en las últimas semanas estas se han visto agudizadas tras las presiones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre México.

   Finalmente, las imposiciones arancelarias sobre los bienes importados de México quedaron sobre el papel, pero el precio a pagar ha sido un acuerdo que ya está en marcha y, precisamente, no beneficia a los miles de migrantes que cada día arriesgan su vida.

   Entre las nuevas medidas vigentes, destaca el despliegue de la recién creada Guardia Nacional. Más de 15.000 oficiales controlan la frontera norte del país, sumados a los 10.500 que brindan el límite con Guatemala y Belice.

   Las detenciones han aumentado considerablemente desde que opera este cuerpo de seguridad mexicano, mientras que el flujo no se ha visto reducido y las muertes siguen creciendo.