Actualizado 08/05/2015 20:16

La nueva ley de las empleadas domésticas podría estimular los despidos

Empleadas domésticas Brasil
Foto: AGENCIA BRASIL

RÍO DE JANEIRO, 8 May. (Notimérica) -

   La nueva ley que regula en Brasil el trabajo de las empleadas domésticas fue aprobada esta semana en el Senado después de dos años de debates, pero aún faltan por perfilar algunos detalles que con la actual redacción podrían incentivar los despidos, algo que podría rectificar la presidenta Dilma Rousseff con su derecho a veto.

   La nueva ley afecta a los y las trabajadoras que acudan a casas ajenas a realizar tareas domésticas al menos dos días por semana, desde empleadas del hogar a jardineros. Establece que la jornada de trabajo sea de ocho horas por día y 44 horas semanales, con derecho a cobrar el paro durante un periodo máximo de tres meses, pago de horas extras, permiso de maternidad de 120 días y vale transporte, entre otros beneficios.

   La aprobación de la norma en su día se celebró como una conquista de los derechos laborales, pero incluye un punto polémico; el empleador tiene que depositar un 3,2% del salario de cada mes en una especie de bote que serviría para pagar la multa en caso de que se produzca un despido improcedente. Algunos sectores han criticado esta medida, porque así el empleador no se lo pensaría dos veces antes de despedir, ya que la multa ya la habría sufragada con anterioridad.

   Así, varios sindicatos, entre ellos la Central Única de Trabajadores (CUT) pedirán a la presidenta Rousseff que ejerza su potestad y vete la contribución del 3,2% y se vuelva a la idea original, que contempla que si un empleador despide de forma improcedente a un trabajador tenga que pagar el 40% de su sueldo en forma de multa.

   En Brasil hay seis millones de trabajadores domésticos, una cifra que en el primer trimestre de este año ha crecido un 1,6% en comparación al mismo periodo del año pasado, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Alrededor de 90.000 personas se han sumado a este contingente de trabajo, probablemente empujadas por la crisis económica que empieza a hacer mella en el país.

   Desde 2010 el número de trabajadores del hogar iba descendiendo y de forma paralela crecía su nivel de renta: hasta un 60% en los últimos ocho años. En los años de bonanza económica muchos optaban por cambiar el trabajo en las casas por puestos más calificados, pero ahora la situación ha cambiado y muchos vuelven a las tareas del hogar.