Publicado 18/01/2024 17:51

Los obispos reconocen "faltas graves" en la vida religiosa: "No nos cansaremos de pedir perdón"

Archivo - Monaguillos balancean un botafumeiro durante la misa en honor a San Fermín durante su festividad en el que sería el segundo día de las fiestas que han sido suspendidas por la pandemia de COVID-19, en la capilla del santo, en Pamplona, Navarra (E
Archivo - Monaguillos balancean un botafumeiro durante la misa en honor a San Fermín durante su festividad en el que sería el segundo día de las fiestas que han sido suspendidas por la pandemia de COVID-19, en la capilla del santo, en Pamplona, Navarra (E - Eduardo Sanz - Europa Press - Archivo

MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

Los obispos españoles reconocen que se han producido "faltas graves" entre los religiosos españoles y dicen que no se cansarán de "pedir perdón" por ello. Así lo indican en su mensaje con motivo de la XXVIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, que se celebra el próximo 2 de febrero.

"Somos conscientes de que se han dado entre nosotros faltas graves por las que no nos cansaremos de pedir perdón, reiterando al mismo tiempo nuestra voluntad de reparar integralmente a quien ha sido herido. En esto también se expresa el deseo de cumplir la voluntad de Dios", señalan los obispos de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada.

En su mensaje, recogido por Europa Press, los prelados destacan que "cada persona consagrada recibe el amor y la llamada del Señor y su respuesta de amor y disponibilidad es, a la vez, individual y comunitaria".

En esa respuesta, según precisan, "se busca hacer la voluntad de quien llama, huyendo de caprichos personales y rechazando el pecado y, por supuesto, todo delito".

En este sentido, y en relación con el lema elegido para esta jornada, 'Aquí estoy, Señor, hágase tu voluntad', los obispos subrayan que "la voluntad de Dios es siempre el horizonte" de las personas y comunidades consagradas.

"A su cumplimiento deben dirigirse tanto nuestro estilo de vida como nuestros votos, nuestra fraternidad o sororidad y nuestra misión", remarcan.

Además, destacan que sus fundadores y fundadoras también les brindan "inspiración para discernir el contenido de la promesa" que han de llevar adelante personal y comunitariamente. "Ellos experimentaron, como nosotros podemos hacer hoy, que la Vida Consagrada es lugar que alberga y debe suscitar promesa en quienes abrazamos esta vocación", añaden.

Esta promesa, según precisan, "recoge los gritos de la humanidad, la necesidad de comunión y sinodalidad eclesiales y la carencia de fraternidad y amistad social de un mundo dividido y en guerra".