Publicado 02/05/2019 17:38

El papa alerta de los estados nacionalistas que generan "racismo" o "antisemitismo"

El Papa pide a los peluqueros que trabajen con "estilo cristiano" sin caer en los "cotilleos"
Alessia Giuliani

   ROMA, 2 May. (EUROPA PRESS) -

   El papa ha alertado de los "nacionalismos conflictivos" que generan "racismo" o "antisemitismo" al centrar su discurso en la exclusión y al odio de los demás y en las propuestas de levantar muros al tiempo que ha manifestado que la Iglesia ve con "preocupación" estas "corrientes agresivas hacia los extranjeros".

   Francisco ha hecho estas declaraciones al recibir en una audiencia en la Sala Clementina del Palacio Apostólico a los participantes en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.

   "La Iglesia observa con preocupación el resurgimiento, en casi todas partes del mundo, de corrientes agresivas hacia los extranjeros, especialmente los inmigrantes, así como ese nacionalismo creciente que descuida el bien común", ha dicho el pontífice.

   El papa ha señalado que estas formas de nacionalismo "contra otras naciones o grupos de personas" podría comprometer las formas ya consolidadas de "cooperación internacional", haciendo que se corra el riesgo de "socavar los objetivos de las Organizaciones internacionales como espacio de diálogo y de encuentro para todos los países en un nivel de respeto mutuo, y obstaculizar el logro de los Objetivos de desarrollo sostenible aprobados unánimemente por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 25 de septiembre de 2015".

   "Se constata -ha recalcado el Santo Padre- que las fronteras de los Estados no siempre coinciden con demarcaciones de poblaciones homogéneas y que muchas tensiones se deben a una excesiva reivindicación de soberanía por parte de los Estados, a menudo precisamente en ámbitos en los que ya no son capaces de actuar eficazmente para proteger el bien común".

   En este sentido ha destacado que los migrantes no son una amenaza para la cultura, pero ha dejado claro que también él tiene el deber de "integrarse en la nación receptora". Sin embargo, ha precisado que "integrarse no significa asimilar, sino compartir el tipo de vida de su nueva patria, aunque siga siendo él mismo como persona, portador de su propia historia biográfica".

   Bajo esta óptica, el papa ha subrayado que el migrante es "una oportunidad para enriquecer al pueblo lo integra" y ha recordado que las obligaciones de los Gobiernos respecto a ellos pasan por cuatro verbos: "acoger, proteger, promover e integrar". Así ha alertado de que un Estado que despierte sentimientos nacionalistas "fracasaría en su misión".

   También ha lamentado que las políticas estén subordinados a los intereses de "un grupo dominante", sobre todo por razones de "beneficio económico, que oprime, entre otras, a las minorías étnicas, lingüísticas o religiosas que se encuentran en su territorio". Y desde esta perspectiva ha recalcado que "cuando una persona o una familia se ve obligada a abandonar su propia tierra, debe ser acogida con humanidad".

   En este sentido, ha recordado la figura de Simón Bolívar que impulsó en América Latina a los líderes de su tiempo a forjar el sueño de una Patria Grande que supiera y pudiera "acoger, respetar, abrazar y desarrollar la riqueza de cada pueblo".

   Finalmente, ha asociado esta visión cooperativa entre las naciones que ha asociado con el "multilateralismo" que ha contrapuesto, a su vez, "a los nuevos impulsos nacionalistas como a una política hegemónica".