Publicado 22/01/2016 17:22

El Papa autoriza la beatificación de un niño mexicano de 14 años

José Sánchez del Río
WIKIPEDIA

   MÉXICO DF, 22 Ene. (Notimérica) -

   El Papa Francisco ha autorizado la canonización del "niño cristero" José Sánchez del Río, un joven de 14 años asesinado durante el conflicto religioso en México (1926-1929).

   Según ha informado el Vaticano, el pontífice ha aprobado un milagro atribuido a la intercesión del adolescente, que ostentaba el título de beato, el penúltimo paso antes de su reconocimiento como santo de la iglesia católica.

   De esta forma, México tendrá un nuevo santo gracias a la autorización del papa Francisco. La aprobación tuvo lugar durante una audiencia de Jorge Mario Bergoglio con el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano.

   José Sánchez del Río nació en Sahuayo (Michoacán) el 28 de marzo de 1913. Fue un destacado joven católico que participó en las vanguardias locales de la Acción Católica de la Juventud Mexicana y cuando estalló la Guerra Cristera en 1926 quiso unirse a las fuerzas de la resistencia, pero su madre no se lo permitió.

   Tras una inicial negativa a su alistamiento en las fuerzas cristeras guiadas por el general Prudencio Mendoza, finalmente el joven logró ingresar en el grupo. Con la frase "nunca ha sido tan fácil ganarse el cielo como ahora", consiguió convencer a su madre.

   El 6 de febrero de 1928, durante una batalla, el muchacho dio su caballo al general y así lo salvó, quedando él prisionero de las tropas gubernamentales.

   Tras cuatro días de cautiverio, los hombres del ejército federal lo sacaron de la parroquia donde estaba preso, le cortaron las plantas de los pies y lo condujeron descalzo por las calles de Sahuayo hasta el Panteón Municipal.

   Ante una tumba ya preparada fue ahorcado y acuchillado por sus verdugos, uno de ellos, Rafael Gil Martínez, alias 'El Zamorano', lo bajó del árbol y lo remató con un tiro en la sien.

   Fue declarado beato junto con otros 11 mártires mexicanos el 20 de noviembre de 2005 durante una ceremonia en el Estadio Jalisco de Guadalajara presidida por el cardenal José Saraiva Martins, entonces prefecto para las Causas de los Santos del Vaticano.