Publicado 25/01/2019 18:20

El papa condena la "cultura del adjetivo, que descalifica a la persona"

Pope Francis arrives for the 34th World Youth Day in Panama
Mauricio Valenzuela/dpa

   Visita un centro de menores infranctores, confiesa a cuatro de ellos y pide a todos que "peleen y peleen" por el camino de la reinserción

   PANAMÁ, 25 Ene. (Del enviado especial de Europa Press José María Navalpotro) -

   El papa ha visitado este viernes 25 de enero el Centro de Cumplimiento de Menores Las Garzas de Pacora (Panamá) y ha confesado personalmente a cuatro jóvenes que cumplen condena en este correccional. Durante su discurso a los internos, el pontífice ha subrayado que "cada uno es mucho más que sus rótulos, sus adjetivos" y ha lamentado la "cultura del adjetivo, que descalifica la persona".

   "Qué dolor genera ver cuando una sociedad concentra sus energías más en murmurar e indignarse que en luchar y luchar para crear oportunidades y transformación", ha dicho tras escuchar el testimnio de algunos de los jóvenes.

   Tomando como ejemplo la actitud de Jesús hacia los pecadores frente a la postura de los publicanos, Francisco ha lamentado que "con la vida de la gente parece más fácil poner rótulos y etiquetas que congelan y estigmatizan", que "lo único que logran es dividir": "acá están los buenos y allá están los malos; acá los justos y allá los pecadores".

   Para el pontífice, "esta actitud contamina todo porque levanta un muro invisible que hace creer que marginando, separando o aislando se resolverán mágicamente todos los problemas". "El chismoso no sabe hacer fiesta porque tiene el corazón amargado", ha añadido improvisando.

   Frente a esta mirada negativa, de etiquetas, el Santo Padre propone la misericordia de Dios: "Un amor que no tiene tiempo para murmurar, sino que busca romper el círculo de la crítica superflua e indiferente, neutra e imparcial y asume la complejidad de la vida y de cada situación". "Jesús rompe la lógica que separa, excluye, aísla y divide falsamente entre buenos y malos. Y no lo hace por decreto o con buenas intenciones, tampoco con voluntarismos o sentimentalismo, lo hace creando vínculos capaces de posibilitar nuevos procesos", ha destacado.

LA "POLILLA" DEL 'NO VAS A PODER'

   Ante un público compuesto por menores y adultos de cinco centros de internamiento de Panamá, el papa argentino ha recordado que Jesús "rompe también con otra murmuración nada fácil de detectar y que taladra los sueños porque repite como susurro continuo: no vas a poder, no vas a poder".

   "Eso es como una polilla que te va comiendo por dentro --ha añadido--. Es el cuchicheo interior que aparece en quien, habiendo llorado su pecado y consciente de su error no cree que pueda cambiar. Es cuando se cree interiormente que el que nació "publicano" tiene que morir "publicano"; y esto no es verdad", ha avisado.

   En este sentido, ha recordado que el agua más pura es el agua destilada. "Pero cuando uno la toma no sabe a nada. Así son algunas personas, que son tan puras, que su vida no sabe a nada", ha precisado.

ONCE DE LOS DOCE APÓSTOLES, GRANDES PECADORES

   Y, además, se ha saltado el discurso previsto para enfatizar que once de los doce apóstoles eran grandes pecadores, que traicionaron a Jesús. "¡Y eran los apóstoles! Pero Jesús los fue buscando y son los que cambiaron el universo", ha subrayado.

   "Amigos: Cada uno de nosotros es mucho más que sus rótulos, sus adjetivos. Jesús nos lo enseña e invita a creer. Su mirada nos desafía a pedir y buscar ayuda para transitar los caminos de la superación. Hay veces que la murmuración parece ganar, pero no la crean, no la escuchen", ha insistido.

   En este sentido, el papa ha explicado que la "la alegría y la esperanza del cristiano", también de él mismo, nace de haber experimentado alguna vez esta mirada de Dios que dice: "Vos sos parte de mi familia y no puedo dejarte a la intemperie". "Ustedes son parte de la familia, ustedes tienen mucho para compartir, ayúdennos a saber cuál es la mejor manera para estar y acompañar el proceso de transformación que, como familia, todos necesitamos", ha reclamado.

LA INTEGRACIÓN FRENTE A LA MURMURACIÓN

   En referencia a la parábola del hijo pródigo, el papa también ha querido precisar que "una sociedad se enferma cuando no es capaz de hacer fiesta por la transformación de sus hijos, una comunidad se enferma cuando vive de la murmuración aplastante, condenatoria e insensible". Por el contrario, ha asegurado que "una sociedad es fecunda cuando logra generar dinámicas capaces de incluir e integrar, de hacerse cargo y luchar para crear oportunidades y alternativas que den nuevas posibilidades a sus hijos, cuando se ocupa en crear futuro con comunidad, educación y trabajo".

   "Es una alianza que tenemos que animarnos a realizar: ustedes, chicos, los responsables de la custodia y las autoridades del Centro y del Ministerio, y sus familias, así como los agentes de Pastoral. Todos, peleen y peleen para encontrar y buscar los caminos de inserción y transformación. Eso el Señor lo bendice, sostiene y acompaña", ha concluido.