Los prelados creen que la renta mínima debe ser una ayuda puntual y no permanente para evitar "grupos amplios de ciudadanos subsidiados"
MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
El vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, ha respondido la valoración que hizo la Conferencia Episcopal el pasado lunes sobre el ingreso mínimo vital, asegurando que prefiere quedarse con las palabras del Papa Francisco sobre el tema.
"Me quedo con lo que ha dicho el Papa, que ha demostrado nuevamente una enorme sensibilidad social al plantear la necesidad de que todo el mundo tenga un ingreso mínimo vital, y hasta nueva orden, el Papa es el jefe de la Iglesia Católica", ha señalado el vicepresidente en la rueda de prensa de este jueves, al ser preguntado sobre este tema, en la que también ha asegurado que el Gobierno no plantea ayudas a la Iglesia Católica por la situación actual.
El pasado lunes, el portavoz de los obispos se mostró partidario de este ingreso mínimo en el que trabaja el Gobierno, pero defendió que esta ayuda fuese puntual y no "permanente", pues a su juicio, esta renta podría alentar a las personas a no realizar un trabajo y provocar que "grupos amplios de ciudadanos" acabasen viviendo "de manera subsidiada".
En este sentido, Iglesias ha vuelto a defender esta medida, que estará lista en mayo, dirigida a aquellas personas "en una situación difícil, incluso angustiosa" por la pandemia de coronavirus.
"El confinamiento implica que no hay mecanismos informales, que son los que en otras crisis la gente podía utilizar para llevar unos mínimos euros para llenar la nevera y para mantener unas mínimas condiciones de dignidad", ha asegurado Iglesias, que reconoce que el Gobierno es "consciente" de esto.
Por eso, ha dicho que se han acelerado los plazos "para que en mayo haya mucha gente que tenga una cantidad mínima" que contribuirá, según ha afirmado, a incentivar la economía y a que las empresas y autónomos sigan facturando.
EMPLEADOS EXTRANJEROS
Por otro lado, el vicepresidente ha asegurado que el Gobierno "no se va a olvidar" de los empleados extranjeros, que "son clave" y están desempeñando un trabajo "ejemplar" e "imprescindible".
En concreto, se ha referido a los que trabajan en el campo, aunque no ha especificado si se refiere a personas en situación regular o irregular, teniendo en cuenta que unas 900 ONG y colectivos han pedido la regularización de las personas sin papeles con el objetivo de "no dejarles atrás" durante esta pandemia.