Publicado 16/12/2019 16:54

El Papa pide a la sociedad que contrarreste el estereotipo del anciano "dependiente" y ponga en valor su "potencialidad"


ROMA, 16 Dic. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha pedido a la sociedad que contrarreste el estereotipo del anciano que está "enfermo" e "inválido" y que vive una situación de dependencia en la que tiene una "identidad débil" por la "pérdida de un rol social" al tiempo que ha pedido que se ponga en valor su "potencialidad".

"Considerando y viviendo la vejez como la estación del don y la estación del diálogo, se contrastará el estereotipo tradicional de los ancianos, a saber, enfermo, inválido, dependiente, aislado, asediado por los miedos, dejado de lado, con una identidad débil por la pérdida de un rol social, al tiempo que se evitará centrar la atención general principalmente en los costes y riesgos, haciendo más hincapié en los recursos y el potencial de las personas mayores", ha señalado el pontífice.

Francisco ha recibido en una audiencia esta mañana en el Palacio Apostólico a la Asociación Nacional de trabajadores ancianos ante los que ha valorado el compromiso a favor de los demás de muchos jubilados que disuelve "la percepción de la soledad", "mejora el rendimiento cognitivo" y "aumenta el bienestar mental".

Así, el Papa ha llamado a la sociedad a contrarrestar "la venenosa cultura del descarte" y a construir en cambio "con tenacidad" una sociedad diferente, "más acogedora, más humana y más inclusiva" que no tenga necesidad de descartar a quien es débil de cuerpo y mente, sino que "mida su propio ritmo" precisamente sobre estas personas.

El obispo de Roma ha valorado de este modo el voluntariado activo que hacen algunos ancianos en buena salud que pueden ofrecer "unas horas de su tiempo para ocuparse de personas que lo necesitan, enriqueciéndose a sí mismas". Y ha referido a este respecto: "el voluntariado es una experiencia que hace bien tanto a quien la recibe como a quien la realiza".

De otro lado, ha señalado que la vejez es sobre todo una "estación de diálogo". Y ha argumentado :"el futuro de un pueblo presupone necesariamente un diálogo y un encuentro entre ancianos y jóvenes para la construcción de una sociedad más justa, más bella, más solidaria, más cristiana".

Para el Papa, los ancianos tienen una capacidad "única y especial" para comprender las situaciones más "problemáticas" y por esto están llamados a la "gran tarea" de transmitir la "experiencia de la vida, la historia de una familia, de una comunidad, de un pueblo".