Actualizado 05/05/2019 00:00

El papa viaja a Bulgaria y Macedonia del Norte

AMP2.-El Papa sancionará con hasta 5.000 euros o 6 meses de cárcel al personal del Vaticano que no denuncie un abuso
Evandro Inetti/ZUMA Wire/dpa - Archivo

   ROMA, 4 May. (EUROPA PRESS) -

   El papa viaja del 5 al 7 de mayo a Bulgaria y Macedonia del Norte para impulsar el ecumenismo y afrontar la crisis de los refugiados en una cita internacional de apenas dos días a la región de los Balcanes que volverá a pisar en junio, cuando está previsto que visite Rumanía.

   Francisco volverá a mostrar su cercanía con los cristianos ortodoxos, que suponen más del 60 por ciento en la población de los dos países, donde los católicos son una minoría que no llegan al 1 por ciento. Asimismo, reivindicará la acogida y la integración como la única solución posible para afrontar los flujos migratorios.

   En Bulgaria, las olas de inmigrantes han provocado ciertas tensiones en la zona donde hasta el momento había una buena convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos. El Gobierno, que se sumó a la lista de países que decidieron no suscribir el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular firmado en Marrakech (Marruecos), ha optado por una política de cierre de fronteras y expulsiones en masa.

   El papa emprenderá su 29 viaje internacional el domingo 5 de mayo a primera hora de la mañana. Aterrizará en el aeropuerto internacional de Sofía en torno a las 10.00 horas y, tras la ceremonia de bienvenida, se reunirá con las autoridades del país en la Plaza Atanas Buroy.

   También se encontrará con el patriarca ortodoxo búlgaro y visitará las tumbas de los santos Cirilo y Metodio, patrones de Europa, en la catedral de San Alexander Nevsky. Al ser domingo, rezará el ángelus ante la exigua comunidad católica del país. Por la tarde celebrará una misa en la Plaza Príncipe Alejandro I.

   El lunes 6 de mayo visitará un campo de refugiados en la capital. Será un encuentro de carácter privado, sin presencia de periodistas. Se trasladará en avión a Ravosky donde celebrara una misa donde incluirá dará la primera comunión a algunos niños en la iglesia del Sagrado Corazón.

   Posteriormente almorzará con los obispos de Bulgaria en el convento de las hermanas franciscanas y al finalizar tendrá un encuentro con la comunidad católica en la iglesia de San Miguel Arcángel de Rakovsky, cuando pronunciará un nuevo discurso. Por la tarde, de nuevo en Sofía, participará con miembros de las varias confesiones en una oración por la paz en la plaza Nezavisimost.

   El martes viajará a Skopje, capital de Macedonia, la patria de Madre Teresa de Calcuta, que marcará claramente este viaje. De hecho, se reunirá con algunos parientes de la Santa. Ningún Papa había visitado hasta ahora Macedonia del Norte y solo Juan Pablo II viajó a Bulgaria en 2002, tres años antes de fallecer.

   Tras los encuentros con el presidente Gjorge Ivanov y el primer ministro Zoran Zaev, Francisco visitará el memorial dedicado a Madre Teresa, acompañado de otros líderes religiosos. Posteriormente Francisco celebrará la Misa en la Plaza Macedonia. Tras el almuerzo, el Santo Padre participará en un encuentro ecuménico e interreligioso con los jóvenes en el centro pastoral y después irá a la catedral para el encuentro con los sacerdotes, religiosos y sus familias. Está previsto que el papa regrese a Roma en torno a las 20:30 horas.

FORTALECER LA UNIDAD DE ROMA CON LAS IGLESIAS ORTODOXAS

   El profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra Pablo Blanco considera que esta visita del papa a Bulgaria y Macedonia puede tener "un fuerte impacto ecuménico y político" y que podría verse "fortalecida" la unidad de Roma con las Iglesias ortodoxas de ambos países.

   "Si Francisco es capaz de establecer relaciones sólidas con los líderes de las Iglesias ortodoxas búlgaras y macedónicas durante sus visitas del 5 al 7 de mayo, así como con la Iglesia ortodoxa rumana durante su viaje a fines de ese mismo mes, la unidad de Roma con las distintas esas Iglesias hermanas podría verse fortalecida. Si bien esta visita puede parecer poco interesante a nivel global, sí podría tener un fuerte impacto ecuménico y político", ha indicado en declaraciones a Europa Press.

   Blanco recuerda que el papa llegará a dos países balcánicos, donde el porcentaje de católicos no llega al uno por ciento. En Bulgaria existen 55 parroquias en todo el país, mientras en Macedonia del norte --la patria de Aristóteles-- tan solo diez. El número de sacerdotes no llega a cien en estos dos países, para 93.000 católicos en total.

   En este contexto, el experto invita a buscar el porqué de este viaje en la historia. En concreto, Blanco se remonta al "gobierno comunista en Europa del Este" cuando "el cristianismo fue casi suprimido". "Una vez que cayó el telón de acero, el renacer de las Iglesias católicas orientales provocó choques con las ortodoxas, pues los católicos querían recuperar sus antiguas propiedades", señala.

   En medio de esas tensiones, Juan Pablo II escribió su encíclica 'Ut unum sint' ('Para que sean uno') de 1995, "recordando la importancia de alcanzar la unidad entre los cristianos". Ese mismo año, el patriarca ecuménico Bartolomé I de Constantinopla visitó Roma para pedir con Juan Pablo II "la unidad".

   Desde entonces, según puntualiza Blanco, "la estrategia del Vaticano ha incluido en todo momento el diálogo con los líderes ortodoxos en esos países del Este europeo" siendo siempre su "mayor reto, la Iglesia ortodoxa rusa" pues "sus líderes son tradicionalmente reticentes al diálogo ecuménico".

   Si bien, recuerda que mientras el Patriarcado ruso no asistía al sínodo panortodoxo celebrado en Creta en junio de 2016, cuatro meses después el papa Francisco y el Patriarca Kirill de Moscú se encontraban en Cuba. Así, la estrategia del Vaticano consistió en "forjar alianzas con ortodoxos de Iglesias más pequeñas en países que rodean a Rusia, como Ucrania, Bulgaria o Rumanía".

   En todo caso, el experto invita a remontarse a mayo de 1999, cuando Juan Pablo se convirtió en el primer papa en visitar un país predominantemente ortodoxo desde el Gran Cisma de 1054, al viajar a Rumanía por invitación del patriarca Teoctist. También recuerda otros viajes como el que realizó a Grecia y se reunió con el jefe de la Iglesia ortodoxa griega, el arzobispo Christodoulos. El papa polaco pidió perdón entonces por las ofensas infligidas por católicos.

   Asimismo, pone de relieve su visita en junio de 2001 a Ucrania, "que hoy se está convirtiendo en una nueva superpotencia en la Ortodoxia", donde dijo que una de sus principales prioridades era poner fin al Gran Cisma; y a Bulgaria, donde se reunió con el patriarca Maxim, jefe de la Iglesia ortodoxa búlgara. Aunque a menudo expresó su deseo de visitar Rusia, nunca sucedió.

   En 2004, según indica Blanco, el patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I viajó a Roma para reunirse con él en el Vaticano. Los dos presidieron una histórica celebración ecuménica en la basílica de San Pedro, donde la Iglesia católica decidió devolver a los ortodoxos las reliquias de San Juan Crisóstomo y San Gregorio el Teólogo, ambos venerados por católicos y ortodoxos.

   Según precisa el experto, Francisco empleó "una táctica similar" con los rusos en 2017, prestándoles las reliquias de San Nicolás de Bari, uno de los santos más respetados de la comunidad ortodoxa.