Patricia aguilar liberada
SOS DESAPARECIDOS

   MADRID, 5 Jul. (Notimérica) -

   Cuando la portavoz de la familia de Patricia Aguilar, la española secuestrada por una secta en Perú, envió el último mensaje a sus conocidos informando de que el padre de la joven viajaba de nuevo para tratar de encontrar a su hija, se mostró más esperanzada que en el viaje anterior, que había sido en febrero y del que los padres de Patricia volvieron con pocos avances.

   En esta ocasión, aunque no podía desvelar detalles porque formaban parte de una operación que llevaban a cabo los cuerpos de seguridad e inteligencia peruanos en coordinación con la propia Interpol, se notaba que las pistas que llevaban recopilando durante el año y medio que Patricia estuvo captada por el presunto líder de la secta Gnosis podían por fin ayudar a dar con el paradero de la chica, que abandonó su casa de Elche nada más cumplir los dieciocho años. "En esta ocasión estamos más convencidos de que Alberto volverá con Patricia a casa", aseguraba Noelia Bru a Notimérica hace unas semanas.

   Y así ha sido. Fue en junio de 2017, fecha en la que a Patricia se le expiró el visado y al no acudir a renovarlo se activaron los protocolos de búsqueda consular, cuando la policía peruana comenzó también a involucrarse más en su búsqueda. Por las averiguaciones de la familia no solo se pudo saber que había al menos otras dos mujeres y cuatro niños viviendo bajo el yugo de Félix Steven Manrique --este líder sectario que se definía como el enviado de Dios para repoblar el mundo cuando llegase el Apocalipsis--, sino que se pudieron frenar a tiempo los planes de otra joven del País Vasco que estaba a punto de viajar también a Lima a reunirse con el grupo.

   En estas últimas semanas, coincidiendo con el viaje del padre de Patricia, se había intensificado la búsqueda y el operativo montado por la Fiscalía de Trata de Personas permitió dar con el paradero tanto de la ilicitana como del resto de mujeres y niños. Una Noelia muy emocionada explica por teléfono a Notimérica que estaban "todos vivos, que era lo más importante, pero viviendo en condiciones infrahumanas" en una casa de campo en San Martín de Pangoa, en mitad de la selva y a diez horas de la capital.

   Además, Patricia ha sido madre, algo que no ha pillado por sorpresa a la familia, puesto que una de las exigencias del 'líder' era precisamente que las adeptas debían mantener relaciones sexuales con él y asegurarse así que con el fin del mundo la tierra no quedaría despoblada. La joven dio a Luz el pasado 28 de mayo y la Policía la encontró en una casa diferente a la que habitaban Manrique y sus dos 'esposas'. Ellas le cuidaban a él mientras Patricia cuidaba tanto a su bebé recién nacido como a los otros cuatro niños, fruto de relaciones con estas mujeres de nacionalidad peruana y que también han sido rescatadas en condiciones "deplorables".

   Ahora que Patricia ya está en libertad, el resto de mujeres y niños también liberados y Manrique detenido, queda la vuelta a casa y un proceso de adaptación que, según la portavoz, va a ser "muy complicado". "Lo que sabemos de otras víctimas de sectas es que en un primer momento reaccionan mal y defienden al líder, pero por ahora nos conformamos con saber que está viva", añade.

   Su única preocupación ahora, una vez que saben que Patricia volverá a casa en las próximas semanas cuando se tramiten todos los papeles en el consulado español en Lima y terminen los cuidados a los que la tiene sometida el Ministerio de la Mujer, es que "este hombre pague en la cárcel todo lo que ha hecho a estas personas". Y su esperanza, "que sirva de sosiego a otras personas con familiares desaparecidos". Porque la clave para encontrar a Patricia ha sido que su familia nunca ha tirado la toalla y ese es el mensaje que desean transmitir.

Más noticias