Actualizado 27/02/2015 09:48

Justicia peruana aprueba un pedido de extradición de un activista de Greenpeace

Greenpeace protesta
Foto: GREENPEACE

LIMA, 27 Feb. (Reuters/EP) -  

   La justicia peruana ha declarado procedente este jueves enviar un pedido de extradición de un activista de la organización ecologista Greenpeace, por dañar una zona protegida en las históricas Líneas de Nazca, donde ingresó ilegalmente para protestar contra el cambio climático.

   La Corte Suprema emitió la resolución de extradición del activista argentino Mauro Nicolás Fernández, quien es procesado por el delito de "atentado contra monumentos arqueológicos" tras ocasionar daños en las Líneas de Nazca.

   "La decisión judicial se basa en diversas pruebas --como pericias, un video y testimonios-- que incriminan a Nicolás Fernández en la remoción de la superficie de la figura del Colibrí de las Líneas de Nazca, perpetrado el 8 de diciembre de 2014", según ha dicho un comunicado de la Corte Suprema.

   El tribunal ha explicado que el pedido de extradición cumple con las exigencias de un tratado entre Argentina y Perú, por el cual, el delito imputado es de naturaleza común, que no ha prescrito y que se procesará en la justicia ordinaria.

   Activistas de Greenpeace entraron en el desierto de Nazca y desplegaron letras de tela de gran tamaño con un mensaje de protesta, tratando de llamar la atención de los líderes mundiales que se reunieron a inicios de diciembre del año pasado en Lima para discutir medidas contra el calentamiento global.

   Las líneas de Nazca, una zona protegida a la que se prohíbe el acceso, son jeroglíficos de animales que datan de hace más de 1.500 años y que sólo pueden ser apreciados en todo su esplendor desde el aire.

   El Gobierno peruano denunció a una docena de activistas por "daños irreparables" tras haber ingresado a la zona protegida para colocar un mensaje cerca del Colibrí, una de las famosas y emblemáticas figuras de Nazca. La Corte Suprema no dio mayores detalles sobre los otros denunciados.

   Tras el incidente, Greenpeace ofreció sus disculpas "sin reserva alguna" a Perú por los daños ocasionados en esa área, que según la fiscalía local es de 1.600 metros cuadrados. Las líneas de Nazca, declaradas patrimonio mundial por la UNESCO en 1994, están ubicadas a 450 kilómetros al sur de Lima.