Publicado 11/11/2025 19:18

Las plantas fósiles aportan datos para comprender el clima del pasado y mejorar el del futuro, según un estudio

Hoja fósil añadida a la imagen producida por IA
Hoja fósil añadida a la imagen producida por IA - DAVE HOEFLER ON UNSPLASH

   MADRID, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -

   Las plantas fósiles aportan datos esenciales para comprender el clima de épocas pasadas y mejorar los modelos climáticos globales del futuro, según se desprende de un estudio realizado por un equipo internacional en el que participa el Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

   Como indican los investigadores, los modelos climáticos globales son una de las herramientas más potentes de la ciencia que estudia el clima. Se trata de programas informáticos complejos que simulan el comportamiento del sistema climático. Es decir, son verdaderos laboratorios virtuales del planeta que reproducen las interacciones entre la atmósfera, los océanos, la criosfera y la superficie continental.

   Se ejecutan en superordenadores y se emplean para simular el clima del pasado y del presente, así como para proyectar el clima del futuro bajo distintos escenarios de gases de efecto invernadero, añaden los autores que recuerdan que la vegetación es un componente esencial de estos modelos, ya que regula activamente el clima.

   Así pues, para que las simulaciones del clima pasado sean precisas, se necesitan datos detallados sobre las floras fósiles y cómo se distribuían sobre la superficie terrestre. Para proporcionar estos datos, los investigadores han analizado 431 registros de plantas fósiles (hojas, frutos y polen) para producir mapas globales de biomas correspondientes al Máximo Climático del Mioceno Medio.

   Esta época, hace entre 16,9 y 14,7 millones de años, fue el período más cálido de la Tierra en los últimos 25 millones de años y los modelos climáticos globales tienen dificultades para reproducir las condiciones que dieron lugar a estas altas temperaturas.

   El estudio señala que la cobertura forestal durante el Mioceno Medio fue mucho mayor que en la vegetación potencial actual, constituyendo un 69% de superficie continental, comparado con un 43% en la situación potencial presente.

   La mayor parte de este incremento respecto a la actualidad se explica por la existencia de mayores extensiones de bosque tropical perennifolio en latitudes bajas y de bosque templado caducifolio en latitudes medias y altas durante el Mioceno Medio. Además, el estudio infiere que una proporción importante de la superficie del Ártico y de la Antártida estaban cubiertas por vegetación forestal.

   Los datos de paleovegetación obtenidos proporcionan una pieza indispensable para calibrar los modelos climáticos, mejorando su capacidad para reproducir el clima pasado. El estudio supone, además, un avance en la comprensión del sistema climático bajo condiciones extraordinariamente cálidas.

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