Publicado 05/07/2016 19:31

La Policía de Río de Janeiro tilda de "crítica" la situación de la ciudad olímpica

MARINA
REUTERS

   BRASILIA, 5 Jul. (Notimex/Notimérica) -

   La policía civil de Río de Janeiro ha admitido que en estos momentos la seguridad de la ciudad brasileña no es la adecuada en un contexto en el que a falta de 31 días se celebran unos Juegos Olímpicos donde además del control de la seguridad, también permanece la cuestión del virus Zika.

   "Bienvenido al infierno" son las palabras (originalmente en inglés) que exhibía una pancarta colocada por este mismo cuerpo de seguridad en el aeropuerto internacional de Río para concienciar a los turistas que lleguen durante los próximos días a la ciudad a cerca del no alentador estado se seguridad.

   Ante esta muestra de miedo, el comisario y director del Sindicato de los Policías Civiles de Río de Janeiro, Fernando Bandeira, ha explicado que "la referencia al infierno quizá haya sido una exageración de algún compañero. Se ha tratado de hacer una crítica agresiva a la situación que vive la policía en la ciudad, que es critica".

   Datos de mayo del Instituto de Seguridad Pública del Estado de Río de Janeiro indican que en comparación con datos del mismo mes de 2015, hubo un aumento del 6,1 por ciento en los homicidios, y crecieron un 42,9 por ciento los robos en las vías públicas.

   El transporte público es uno de los puntos calientes donde se vive la inseguridad y donde se producen atracos en grupo. La Línea Roja que conecta el aeropuerto internacional con el centro es un claro ejemplo que ha causado estupor en una ciudad que había mejorado en los últimos años los datos de violencia y homicidios.

   Según ha admitido el alcalde de Río, Eduardo Paes, la seguridad es el mayor desafío de la ciudad por delante del virus Zika durante unos Juegos Olímpicos en los que las autoridades brasileñas se esfuerzan por garantizar la máxima seguridad ante la latente amenaza islamista.

   "Tenemos absoluta confianza en la preparación de los Juegos y tranquilidad. Todo lo que un país puede hacer lo estamos haciendo", afirmó el secretario extraordinario de seguridad para grandes eventos y uno de los mayores responsables por la seguridad durante los Juegos, Andrei Rodrigues.

   En total se realizará un despliegue de 85.000 efectivos de las fuerzas de seguridad federal desplegadas por toda la ciudad para garantizar la seguridad en toda la ciudad.

   La seguridad pública ha visto agravada su situación debido al aumento del desempleo y a la crisis política en vísperas de que la ciudad celebre el evento para el que lleva más de un lustro preparándose.

   "Cuanto más aumenta el desempleo, mayor es la inseguridad. No digo que el parado sea un criminal, pero cuando faltan los ingresos se crea un cuadro de ansiedad en las familias", declaraba Bandeira.

CRISIS ECONÓMICA

   Por otra parte, a un mes del inicio de los juegos, la ciudad olímpica tiene que lidiar con las movilizaciones por parte de la Policía que protesta debido a las difíciles consecuencias de trabajo con manifestaciones y amenazas de huelga en vísperas de las Olimpiadas.

   Bandeira detalló que los cuerpos de seguridad viven una situación en la que desde el pasado mes de mayo no cobran íntegramente sus salarios ni tampoco sus remuneraciones complementarias --como las horas extra--. Además, escasean productos como la gasolina para que la Policía pueda patrullar, entre otros problemas como la desmotivación y el personal disponible.

   Estas protestas claman una solución para la crisis económica que vive Brasil y que ha azotado con fuerza al estado de Río de Janeiro que es incapaz de hacer frente a los pagos de sus funcionarios.

   "El salario del policía ya es bajo de por sí. Si encima no hay presupuesto para pagar los sueldos, eso agrava la escasez de policías en las calles", admitió el director del sindicato, el cual aseguró que un policía de un nivel base gana entre 2.000 y 3.000 reales (entre 630 y 930 dólares).

   El Gobierno de Río de Janeiro, que se declaró en junio en "estado de calamidad financiera" al no poder hacer frente a los pagos, informó este lunes que pagó en mayo los salarios y que esta semana pagará los salarios y beneficios de junio a los policías y servidores públicos.

   El Estado fue socorrido de urgencia por el Gobierno federal ante una incapacidad de pagar sus deudas como consecuencia de la pésima gestión de sus cuentas públicas, ya que el gasto no paró de aumentar en los últimos años a pesar de la caída en la recaudación.