Actualizado 25/04/2015 12:40

La práctica alcohólica 'tampodka' deja en México once hospitalizados

Botellas de alcohol
Foto: WIKIMEDIA/KOTIVALO/ CC BY-SA 3.0

MÉXICO DF, 25 Abr. (Notimérica) -

   El 'tampodka', una práctica para ingerir alcohol que consiste en introducirse un tapón remojado en alcohol --principalmente vodka-- en el recto o, en el caso de las mujeres, la vagina, ha dejado once jóvenes hospitalizados en la capital del país, a donde se cree que llegó en 2013.

   Esta práctica, que también recibe el nombre de 'slimming', en ocasiones, se realiza con cocaína e incluso mezclando ambas sustancias, según datos ofrecidos por el Instituto Mexicano de la Juventud (IMJUVE), de los que se hace eco el diario mexicano 'Milenio'.

   En uno de estos once casos, el paciente también había realizado 'eyeballing' que consiste en remojarse los ojos con alcohol usando un pequeño vaso empleado para beber chupitos.

   Los médicos han alertado de la peligrosidad que supone realizar esta práctica y han asegurado que puede traer consecuencias potencialmente mortales. Entre las complicaciones que puede ocasionar, destacan la trombosis profunda, laceraciones, además de la muerte celular de la zona afectada y sangrado.

   Aunque la cantidad de alcohol que se emplea para realizar esta práctica es menor que al tomar una copa, los efectos aumentan ya que la bebida se absorbe más rápidamente en zonas como la vagina o el recto, que cuentan con numerosas terminaciones nerviosas y son especialmente sensibles.

   "Un tapón bien mojado puede llegar a ser medio 'caballito' (chupito), el vodka es una bebida que alcanza los 40 grados de alcohol, lo que intensifica los efectos en las zonas delicadas. Como es una mucosa que está bastante vascularizada se va a absorber (el alcohol), pero esto la va a lesionar y resecar el sistema nervioso de esa parte", ha destacado el director de la Clínica de Especialidades Toxicológicas Venustiano Carranza, Raúl Fernández Joffre.

   La necesidad de probar nuevas experiencias es una de las principales razones por las que los jóvenes realizan esta práctica. Además, corre el mito que de esta forma los alcohólimetros no detectan la presencia de alcohol en sangre.

   "Los jóvenes lo hacen creyendo que van a brincar (saltar) el alcoholímetro pero provocarán que se reseque la mucosa, que haya una serie de alteraciones de la flexibilidad de la piel que estuvo en contacto con el alcohol. Puede haber sangrados porque habrá embriaguez, además de otras lesiones importantes", ha destacado Fernández Joffre.