Actualizado 30/03/2017 02:12

¿Qué presencia real tiene el español en el sistema educativo estadounidense?

   MADRID, 23 Oct. (Notimérica) -

   Cerca de ocho millones de personas estudian español en Estados Unidos, una cifra muy baja si tenemos en cuenta que su población total ronda los 320 millones de habitantes. Esto se debe a que la evolución del sistema educativo estadounidense no ha tenido resultados tan positivos como se esperaba.

   A pesar de que parezca que pocas personas se interesan por el uso y aprendizaje de la lengua, el español sigue siendo la lengua más estudiada después del inglés en las aulas norteamericanas. Así lo establece el director del Instituto Cervantes en la Universidad de Harvard, Francisco Moreno Fernández, en el último número de la revista 'Tribuna Norteamericana'.

   Moreno, también catedrático de la Lengua Española de la Universidad de Alcalá (España), traza en un artículo llamado 'El español en el sistema educativo de los Estados Unidos', una estructura de fortalezas y debilidades de la enseñanza en Norteamérica, donde el español ha sufrido diferentes cambios a lo largo de los últimos años.

   Esto se debe, principalmente, a dos características fundamentales del país: la separación de poderes y el federalismo. Ambos condicionan la enseñanza de la lengua española, principalmente por la geografía del país y los programas que proponen cada uno de sus estados.

   No se ejercen los mismos métodos de enseñanza y estudio en todas las escuelas, en cuanto a contenidos y recursos tanto materiales como humanos. Esto se debe, principalmente, al amplio espectro de composición étnica de cada región del mundo y a la brecha económica por la que éstos están pasando.

   Además, existen pronunciadas diferencias entre el uso y enseñanza de las lenguas extranjeras tanto en Primaria como en Secundaria. Mientras que en la primera fase educativa existe un 88 por ciento de escuelas que incluyen programas de español, en Secundaria lo ofrecen el 93 por ciento del total.

   Frente a otras lenguas, el español se ha colocado en la primera posición como la segunda lengua más estudiada en EEUU, seguida por el francés, cuya oferta ha disminuido en un tercio de las escuelas donde se impartía en Primaria y un 20 por ciento en Secundaria, donde lo ha hecho junto al alemán.

   Una de las ventajas importantes de la lengua española es que en este país existe una amplia oferta de cursos ordinarios y complementarios a la enseñanza obligatoria encaminados, directamente, a los alumnos hispanohablantes. Sin embargo, el porcentaje de escuelas que ofrecen lenguas extranjeras en sus planes de estudio es muy pequeño.

   En concreto, solo el 25 por ciento de las escuelas ofrecían lenguas extranjeras en un balance realizado en el año 2008, una proporción que se había reducido un 6 por ciento desde 1997. Además, la mayor parte de estos centros no son públicos, de manera que el español no existe en las principales escuelas primarias de carácter estatal.

EL ESPAÑOL EN LAS AULAS PRIVADAS

   Ante la casi inadvertida situación de una de las lenguas vehiculares más potentes del mundo, donde tienen cobijo principalmente en las escuelas privadas, ha aumentado su presencia en las llamadas 'escuelas intermedias'. Tampoco resulta demasiado alentador este objetivo, pues esta clase de sistemas se han visto reducidos de un 75 a un 58 por ciento entre los años 1997 y 2008.

   Por tanto, este pobre y desaprovechado escenario se alimenta de un inadecuado modelo didáctico, una insuficiente carga horaria y una desigual formación del profesorado que no parece preocupar a las autoridades para fomentar su profundización e intensificación en las aulas para un dominio total del español al final de la Enseñanza Secundaria.

   De esta forma, un 17 por ciento de la población de los EEUU no recibe ninguna consideración académica distintiva respecto de otras lenguas, a pesar de que el español sea su lengua de origen. Para una buena composición bilingüe en el país basta con establecer una mejor planificación académica o una mayor dotación de medios en las aulas pero el país muestra un mayor interés en el refuerzo del uso del inglés como único idioma.

   En consecuencia, la enseñanza del español continúa ocupando un lugar 'privilegiado' dentro del sistema educativo estadounidense, sin embargo, se sigue viendo limitada por la falta de una estructura político-administrativa que lo organice para su impulso y desarrollo a nivel nacional.