CIUDAD DE MÉXICO, 6 Feb. (Notimérica) -
La madrugada del pasado domingo se produjo la primera muerte en el país azteca de un usuario de patinete eléctrico, atropellado por un taxista en Ciudad de México. Este suceso ha puesto de manifiesto las dudas tanto de las autoridades como de los ciudadanos en la implantación de este medio de transporte.
Al igual que en otras regiones, la falta de regulación en esta materia ha favorecido la expansión de las empresas que ofrecen el servicio por varios países, al tiempo que ha aumentado las inversiones en las mismas.
Las ventajas para el ususario giran en torno a la rapidez y la comodidad a la hora de desplazarse por el centro de las ciudades, ya que los patines alcanzan hasta 14 kilómetros por hora, en pos de la "movilidad sostenible".
Las crecientes cifras de empresas gestoras de este tipo de servicios, como la mexicana 'Lime', a la que pertenecía el patinete accidentado, confirman este fenómeno. En la capital de México han crecido más de un 10 por ciento semanal el número de usuarios, impulsados por el desabastecimiento de combustible sufrido por el país en enero y con la consiguiente expansión a otras ciudades.
Sin embargo, el principal problema se erige en la falta de regulación propia para este tipo de transporte, que puede derivar en una falta de seguridad para el usuario final. "No hay todavía una normativa modelo", argumenta el director para Latinoamérica del Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (IPTD), Bernardo Baranda, al diario 'El País'.
El Gobierno de Ciudad de México ha lanzado este martes una ordenanza que limita la velocidad de los patinetes a 20 kilómetros por hora, y establece determinadas zonas de estacionamiento para hacer frente a las quejas de vecinos y personas afectadas por el bloqueo peatonal.
Asimismo, para garantizar la seguridad de los usuarios, la ordenanza obliga a las empresas que brindan el servicio a ofrecer pólizas a los conductores en caso de que se produzca un accidente.