LA PAZ, 2 Oct. (Notimérica) -
Han pasado siete años y medio desde que el presidente de Bolivia, Evo Morales, anunciara su decisión de llevar a la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) a Chile ante las negativas del país vecino de negociar una salida al mar. La demanda fue presentada por Bolivia en 2013, y desde entonces ha tensado las relaciones entre ambos Estados.
Este lunes, la CIJ dio carpetazo favorable a Chile a la demanda boliviana, cuyas autoridades han negado en su intención de aceptar el fallo a pesar de ser una decisión inapelable. Según indicaba Morales a los medios de comunicación a la salida del Palacio de la Paz en La Haya (Holanda), "si bien no hay una obligación de negociar, hay una invocación a seguir con el diálogo", calificando de "informe" la resolución judicial.
Igualmente, Evo ha transmitido a través de las redes sociales la rotundidad de que "Bolivia nunca va a renunciar a una salida soberana al mar", justificando su empeño en la historia: "El pueblo boliviano y el mundo saben que mediante una invasión nos arrebataron el acceso al océano Pacífico. Estamos por la justicia y tenemos razón, por eso entendemos la invocación de la CIJ de continuar el diálogo".
Por su parte, el mandatario chileno, Sebastián Piñera, consideraba que su país había conseguido "un triunfo histórico", al mismo tiempo que este lo era también para "el derecho internacional, el respeto a los tratados y la defensa de nuestro territorio, mar y soberanía". Asimismo, Piñera acusaba a Morales de haber "creado falsas expectativas" y "grandes frustraciones" a su propio pueblo.
Ahora, cabe esperar la envergadura de la factura que la negativa de la CIJ puede pasarle al mandatario boliviano, quien permanece en el poder desde hace dos décadas y, además, pretende continuar haciéndolo. De ser así, y dada la relevancia que el Gobierno de Morales ha dado a la petición, está previsto que sus intenciones de negociación continúen. Pero, ¿cómo? ¿Cuáles son sus opciones? ¿Qué puede hacer Bolivia ahora?
Al no contar con obligación jurídica, puede decirse que la decisión de llevar a cabo un diálogo en base a la temática queda en manos de la voluntad chilena, país que a consecuencia de la firma de varios tratados tras la Guerra del Pacífico (1879-1884) permite el uso del puerto norteño de Arica y el de Iquique a los comerciantes bolivianos así como algunas otras facilidades.
Sin embargo, dadas las declaraciones de las autoridades chilenas y el desarrollo de los juicios ante la CIJ, Santiago para no tener intención de tratar un tema que, para ellos, es claro y justo. De esta manera, una salida al mar a través del actual territorio chileno parece ser una misión imposible para Bolivia. ¿Cuál es la alternativa entonces? Los tratados firmados con Perú, Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay.
Respecto a sus vecinos peruanos, Bolivia podría sugerir la tramitación de una negociación en base a un tratado firmado en 1992 entre ambas naciones por el cual el puerto de IlO, una franja de costa de unos cinco kilómetros de largo al sur del territorio peruano, era cedida a los bolivianos pro un periodo de tiempo de 99 años. Por el contrario, el acuerdo no ha llegado a prosperar por el momento.
La otra opción que podría darle una salida al mar a Bolivia y que no involucraría a Chile sería una negociación con Paraguay en base a un tratado firmado en el año 1937. La idea es que las embarcaciones bolivianas crucen el territorio paraguayo a través del río Paraná --para lo que los bolivianos ya construyeron el Puerto Busch-- y lleguen hasta el Atlántico con una salida en aguas argentinas.
De hecho, el expresidente de Uruguay José Mujica, manifestó en 2010 su intención de facilitar a través de este proyecto una salida al mar a Bolivia y Paraguay. Para ello, sin embargo, se requieren las autorizaciones de ambos países.
¿Será posible alguna de estas opciones para que Bolivia tenga salida soberana al mar?