Actualizado 17/10/2018 23:07

¿Se está quedando Iberoamérica sin café?

Café
PIXABAY - Archivo

   MADRID, 17 Oct. (Notimérica) -

   Se llama 'Hemileia vastatrix', ha llegado a Iberoamérica y podría dejar a la región sin café para siempre. Se trata de un hongo de color anaranjado que debilita las hojas de la planta del café. Las consecuencias serán desastrosas para el continente, el mayor exportador de granos de café del mundo.

   El portal estadounidense 'NPR', informó este martes que el hongo causa la enfermedad de la roya en las hojas de café, reduciendo el rendimiento de la planta mediante la defoliación y, en algunos casos, destruyendo toda la cosecha durante años. Este mismo níscalo fue responsable del colapso a finales del siglo XIX de la industria del café en Sri Lanka, denominada entonces Ceilán, en Asia.

   La industria del café en Iberoamérica comenzó a nacer a principios del siglo pasado gracias a que se mantuvo aislada de este hongo. Sin embargo, en 1970 llegó a Brasil y de ahí se extendió a países como Colombia, donde también tuvo un efecto catastrófico en la industria cafetera. Mediante el uso de una serie de modernas técnicas pudieron frenar su impacto negativo, si bien disminuyó la calidad de café producido.

   El productor de café guatemalteco Josué Morales, que colabora en 1.300 plantaciones de café y que cuya finca ha pasado de producir 63.500 a 12.700 kilos anuales, advierte de que los brotes del hongo sitúan al continente "en la peor de las crisis cafeteras de nuestro tiempo".

   América Central está llena de pequeñas empresas familiares de productores de café que venden sus granos a empresas de todo el mundo. Según la Universidad de Purdue (Estados Unidos), el 70% de las granjas de Centroamérica se ha visto afectado por este hongo, lo que se traduce en pérdidas de 3.200 millones de dólares y en 1,7 millones de empleos destruidos.

   Durante los últimos años, se consiguió reducir la incidencia de la plaga en las cosechas de café gracias a las nuevas tecnologías, pero el hongo sigue ganando la batalla. Su impacto puede reducirse hasta cierto punto, pero no erradicarse. Los científicos advierten que las variedades resistentes serán un problema durante mucho tiempo. El hongo está evolucionando y parece que no tiene intención de alejarse de Iberoamérica.