Actualizado 06/09/2018 20:48

¿Por qué la región chilena de Magallanes nunca cambia de hora?

Reloj en una mesa
PIXABAY - Archivo

   SANTIAGO, 6 Sep. (Notimérica) -

   Los 160.000 habitantes de la región chilena de Magallanes, en el sur del país, llevan un año sin tener que cambiar el reloj dos veces al año, como sí hace el resto del mundo.

   Este "no cambio de hora" se produjo gracias a un decreto del Gobierno saliente presidido por Michelle Bachelet que permitió a esta región por primera vez tener solo un horario, dadas sus peculiares condiciones geográficas: sus noches son extremadamente largas en invierno y sus habitantes clamaban por aumentar la luminosidad por las tardes.

   De esta forma, mientras el resto del país austral tiene horario de invierno entre los meses de mayo y agosto, Magallanes se queda con el de verano los 12 meses, quedando así una hora por delante que el resto del territorio continental. "Ha sido un éxito desde el punto de vista de la salud, de la economía y de la seguridad", indicó el alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, según informó el diario español 'El País'.

   Esa hora adicional de luz por las tardes les ha permitido a los habitantes de Magallanes suplir en parte el déficit de vitamina D causado por las pocas horas de sol en invierno.

   Antes de aprobar esta medida, la Universidad de Magallanes hizo los estudios correspondientes para observar el impacto que tendría un horario único de verano para la región. Tras estudiar las posibles consecuencias que podría tener en diferentes sectores de la sociedad las autoridades concluyeron que los aspectos negativos eran menores que la necesidad de luz por la tarde.

   "El horario único era una fuerte demanda ciudadana, aunque los habitantes de la región austral de Chile han debido esforzarse y adquirir nuevos hábitos", recuerda Máximo Pacheco, quien fuera ministro de Energía del Gobierno de Bachelet.

   Por su parte, el Gobierno actual de Sebastián Piñera, que regresó al poder en marzo pasado, acaba de anunciar que los meses con horario de invierno aumentarán de tres a cinco (entre abril y septiembre) con el objetivo de parar de una vez con los continuos cambios.