Publicado 02/12/2017 07:19

La relación entre el consumo de drogas en Estados Unidos y la violencia en México

Cocaína
PIXABAY

   CIUDAD DE MÉXICO, 2 Dic. (Notimérica) -

   Hace unas semanas el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, declaró "emergencia de salud pública" la crisis de opiáceos que atraviesa el país norteamericano e instó a tomar medidas para abordar esta epidemia de drogas en rápida expansión. Crisis que se ha incrementado en los últimos cinco años por el consumo de heroína. Esta situación del país norteamericano se traduce en un fuerte aumento de la violencia en su vecino México.

   La violencia en México va de la mano de la demanda de droga en Estados Unidos, donde el 90 por ciento de la heroína proviene del país azteca. Los mexicanos se enfrentan a una lucha contra el auge de la producción de la amapola, de la que sale la goma de opio, base para crear heroína. Cada vez más bandas criminales se disputan el control de tierras donde se cultiva esta planta, lo que desata una lucha entre ellas para controlar los campos de cultivo.

   En su última visita a México, el Secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, y el Secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, reconocieron que una de las principales causas de la violencia en México es el consumo de drogas en Estados Unidos. Mientras exista demanda por parte del país del Norte, la oferta en México seguirá creciendo, así como la violencia.

                  


   La Administración para el Control de Drogas estadounidense (DEA en sus siglas en inglés), apunta que las organizaciones criminales mexicanas están expandiendo su actividad al este y el medio oeste de Estados Unidos.

   La revista 'Fal' hace un análisis de por qué México es uno de los principales proveedores y productores de opiáceos y heroína: la inexistencia de Estado de derecho que favorece la corrupción, un Estado débil, la alta pobreza y desempleo, la mala calidad educativa y falta de oportunidades laborales, la falta de preparación y profesionalización de los cuerpos policiales, la complicidad entre autoridades y narcotraficantes y las grandes ganancias obtenidas por la producción y venta de estupefacientes.