Madrid, 15 SEP. (EUROPA PRESS)
La propagación de reseñas falsas y la viralización de noticias no verificadas en redes sociales se han convertido en uno de los principales retos de la economía digital. José Montero, CEO de Montero de Cisneros Abogados, ha advertido de que este fenómeno no solo afecta gravemente la reputación de las empresas, sino que también erosiona la confianza de los consumidores en el ecosistema digital y plantea serias dudas sobre la responsabilidad de usuarios y plataformas en la difusión de contenidos engañosos.
Las reseñas online surgieron como una herramienta de transparencia y recomendación, permitiendo a los consumidores compartir sus experiencias y ayudando a otros usuarios en sus decisiones de compra.
Sin embargo, la creciente manipulación de estas opiniones, ya sea por competencia desleal, campañas orquestadas o simple desinformación, ha derivado en un problema de gran impacto económico y social.
“Las reseñas falsas tienen un poder devastador: pueden arruinar en un solo día el trabajo y la reputación construidos durante años por una empresa. Estamos ante un problema que no solo daña a negocios concretos, sino que deteriora la confianza general en el mercado digital”, afirma José Montero.
El reto de equilibrar derechos fundamentales
El debate jurídico gira en torno a una cuestión clave: ¿dónde está el límite entre la libertad de expresión y la difamación? Los expertos coinciden en que compartir experiencias personales es un derecho fundamental que debe protegerse, pero cuando se basa en hechos falsos o manipulados, la empresa afectada debe contar con mecanismos eficaces para defender su honor.
La legislación y las plataformas digitales se enfrentan al reto de encontrar un equilibrio justo. Mientras los usuarios deben poder expresar opiniones legítimas, las empresas necesitan protección frente a campañas de desprestigio sin fundamento. En este sentido, la viralización de información no contrastada se convierte en un arma de doble filo: un recurso de empoderamiento ciudadano que, mal utilizado, puede derivar en consecuencias devastadoras.
Modificación de la legislación sobre reseñas falsas
La legislación española sobre reseñas falsas en internet está en proceso de reforma en 2025, impulsada por iniciativas del Gobierno y por el Ministerio de Consumo en colaboración con el Ministerio de Justicia dirigido por Félix Bolaños. El objetivo es combatir el impacto negativo de las valoraciones fraudulentas sobre empresas, especialmente en los sectores turismo, hostelería y comercio, estableciendo derechos y mecanismos de defensa para los afectados.
Marco legal y reformas en curso
• La enmienda presentada por PSOE y Sumar modifica el artículo 20 de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (Real Decreto Legislativo 1/2007).
• Las plataformas y empresas deberán informar claramente sobre la verificación de reseñas, garantizando que proceden de usuarios reales que han usado los productos o servicios.
• Se establece la posibilidad de eliminar reseñas falsas siempre que el empresario acredite de modo fehaciente que la valoración es engañosa o que no corresponde a una experiencia auténtica.
• Las críticas solo se podrán publicar sobre servicios o productos adquiridos en los 30 días previos a la publicación de la reseña.
• El empresario tiene derecho de réplica por el mismo canal, promoviendo así la transparencia y protección de la reputación comercial.
• Prohíbe la compraventa de reseñas y castiga, con sanciones administrativas, la publicación de valoraciones acreditadamente falsas o maliciosas. Las multas pueden oscilar entre 5.000 y 10 millones de euros, según la gravedad y el perjuicio causado.
Consecuencias económicas y sociales
El impacto de las reseñas falsas va más allá de la reputación. En sectores como la hostelería, el turismo o el comercio electrónico, un comentario viral puede generar cancelaciones masivas de reservas, desplome de ventas y pérdidas económicas que tardan años en recuperarse. Además, el efecto dominó de estas publicaciones contribuye a un clima de desconfianza generalizada, donde los consumidores dudan de la veracidad de cualquier opinión en línea.
Montero subraya que el problema no es únicamente empresarial, sino social: “La viralización irresponsable de noticias falsas no solo destruye negocios, sino que también socava la confianza en la comunicación digital”. Si los usuarios no pueden distinguir entre una reseña verídica y una manipulada, todo el sistema pierde credibilidad”.